Whirlpool, con sede en Michigan, ha logrado una victoria comercial que le permitirá al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, limitar el número de lavadoras de Samsung y LG vendidas en Estados Unidos.
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La Comisión Internacional de Comercio de EU (ITC) votó 4-0 a favor de Whirlpool el jueves, al declarar que el “auge” de las lavadoras de Samsung y LG han “dañado seriamente” a los fabricantes locales.
"El voto de la ITC es un logro importante para los fabricantes y trabajadores estadounidenses”, dijo el presidente de Whirlpool, Jeff Fettig, en un comunicado.
Whirlpool ingresó su petición a la ITC en mayo, al describir a Samsung y LG como “violadores seriales” de la ley de comercio estadounidense y buscar protección bajo la Sección 201 del Acta de Comercio de 1974.
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Ese estatuto permite a la comisión recomendar remedios, tales como impuestos o cuotas específicas al presidente de Estados Unidos.
La comisión hará sus recomendaciones antes de finales de año y Trump tendrá aproximadamente dos meses para considerar las sugerencias.
Inversiones en 'veremos'
La coreana Samsung dijo estar “decepcionada” con la decisión de la comisión y advirtió que los límites de importación pueden afectar sus planes de construir una nueva planta en Carolina del Sur.
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"Creemos que los remedios de salvaguardia no deberían discriminar a favor de un grupo de trabajadores estadounidenses sobre otro y no deberían impactar negativamente a un mercado justo de electrodomésticos para los consumidores”, dijo la coreana en un comunicado.
LG no respondió inmediatamente a una petición de comentarios, pero dijo en un comunicado al Wall Street Journal que “imponer restricciones a las lavadoras importadas dañará a los consumidores al incrementar los precios y disminuir las opciones”.
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El conglomerado, que construye una planta de lavadoras en Tennessee, dijo que la decisión también puede comprometer su inversión y empleos en Estados Unidos.
Whirlpool ha acusado a los gigantes industriales de Corea del Sur de prácticas comerciales injustas en el pasado.
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Esta empresa presentó quejas ante el gobierno estadounidense en 2013 y 2015, en las que acusa a Samsung y LG de violar las leyes comerciales al inundar el mercado estadounidense con lavadoras fabricadas en Corea del Sur, México y China. El gobierno mantuvo las acusaciones e impuso tarifas sobre las máquinas.
Whirlpool dijo que su nueva petición a la ITC era necesaria pues Samsung y LG habían sido capaces de evadir las responsabilidades al reubicar sus instalaciones de producción a Vietnam y Tailandia.