El 3 de abril de 1973, los líderes de la industria de la alimentación estadounidense seleccionaron un único estándar para la identificación de productos, mismo que se conoce actualmente como el Código de Barras, recuerda la asociación que impulsa los estándares GS1.
Desarrollo que tras cuatro décadas se ha colocado como un idioma global en los negocios y le dio visibilidad a toda la cadena de suministro de varios sectores empresariales.
“GS1 vio el gran potencial del Código de Barras para lograr una completa colaboración en el área de estándares de comercio en toda la cadena de suministro” declaró Miguel Lopera, presidente y CEO de GS1.
Actualmente se leen más de 5 mil millones de estos códigos diariamente en todo el mundo y más de 2 millones de empresas se han afiliado al estándar.
En México el proyecto del código se impulsa desde hace 26 años y más de 90% de los productos que se venden tienen integrado un código de barras.
En un estudio local, la asociación en México demostró que una cajera tarda aproximadamente 1.8 segundos en escanear un código completamente legible, mientras que teclear los 13 dígitos que lo conforma le toma 12 segundos.
“Antes de la llegada del código a México, el comercio en nuestro país era completamente distinto. Los consumidores debían pasar largo tiempo en el punto de venta para que el dependiente nos cobrara el producto y a veces no podíamos entrar a alguna tienda, pues la cerraban para hacer el inventario”, comentó Miguel Ángel Peralta, director general de GS1 México.
Agregó que el código está considerado como uno de los 10 inventos más importantes del siglo XX, al ser la base para todos los estándares de comercio electrónico, que existen en el mundo.
Hacia el futuro se trabaja para que los teléfonos celulares puedan escanear el código para obtener información del producto desde su origen, ingredientes, y las condiciones en las que este fue fabricado, destacó GS1.