La cerveza artesanal de color rosa “La Revu”, de sabor a fresa, atrae al turismo nacional e internacional al bar Azteca Craft Brewing, un lugar acogedor que fomenta las raíces mexicanas.
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El cervecero artesanal, Joel López, manifestó que el color rosa de esta cerveza es única en Tijuana, porque fue creada a causa de un error, ya que él solo buscaba darle el sabor ligero a fresa a una cerveza de nueva creación.
“Cuando vi que la cerveza era demasiado rosa, la regalé porque no era el resultado que esperaba. Pero las personas que la probaron me la pedían constantemente y fue de esa forma que decidí que esta cerveza iba a formar parte de nuestras ofertas, la cual se ha convertido en la más solicitada”, expresó.
El espacio ―decorado con la esencia de México a través de colores y sombreros― ofrece a los visitantes bebidas de diferentes sabores con nombres de avenidas y colonias de Tijuana.
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“Dependiendo la temporada es la decoración que colocamos y también el tipo de cerveza que vendemos, diversificamos los sabores de la cerveza”, expresó el productor artesanal que elabora las cervezas junto con sus tres hijos.
Joel López mencionó que la ciudad de Tijuana mezcla diversas culturas, sabores, gastronomía y bebidas, de ahí que en honor a la conocida Avenida Revolución ―donde se encuentra la cervecería― fabricó la bebida rosa “La Revu”.´
A falta de aparatos, los sentidos
"Desde hace seis años en Tijuana se desarrolló potencialmente un movimiento artesanal muy fuerte. Actualmente, esta ciudad se ha convertido en la capital latinoamericana de la cerveza artesanal”, asegura el pequeño empresario.
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Joel López estimó que aproximadamete 91 productores artesanales hacen cervezas en Baja California, de los cuales 48 están en Tijuana, mientras que los demás están en otros municipios del estado.
“Contamos con cervezas claras y oscuras; existen muchas cervecerías porque cada uno aporta una parte especial. Nosotros elaboramos cervezas con toque de fresa, chocolate, café orgánico, coco y miel. Producimos sabores diferentes a las tradicionales”, comentó el también ingeniero industrial.
Foto: Notimex
El pequeño empresario explicó que, para hacer una cerveza artesanal, primero se hace el proceso de malteado del grano ―cebada, trigo, centeno, avena― que consiste en dejarlo germinar en agua para después tostarlo, con el propósito de moderar los colores.
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“Hacemos infusión primero del grano triturado, se remoja con agua y se hace enjuague con cadenas de azúcar. Después de una hora de hervir, se enfría y se mete en el fermentador por quince días y finalmente la cerveza se pasa a botellas o barriles para que se pueda consumir”, explicó el productor.
Dado que las pequeñas empresas cerveceras carecen de instrumentos para calibrar los procesos, el recurso de los fabricantes son los sentidos del olfato, gusto, vista, oído e inclusive el tacto.
Joel López reconoció que el desafío para su negocio consiste en hacer la cerveza siempre igual, con la misma calidad, que el consumidor reconozca el sabor que obtuvo la primera vez que la probó.
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“Tijuana ha aceptado muy bien la cerveza artesanal. Cuando las autoridades vieron que principalmente era un movimiento cultural, nos abrieron la puerta de tal forma que en Tijuana, por primera vez en México, se dio el permiso para los cerveceros artesanales", concluye el productor.