Volkswagen elige al encargado de esclarecer el escándalo
El consejo de supervisión de Volkswagen eligió a Hans-Dieter Pötsch como su nuevo presidente, quien asumió el cargo con el compromiso de esclarecer con absoluta transparencia el caso de la manipulación de emisiones contaminantes.
"Estoy convencido de que superaremos la actual crisis", afirmó Pötsch en una breve comparecencia ante medios tras su elección, en la que añadió que la principal tarea ahora es "recuperar la confianza" tanto del consumidor como de los inversores.
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El nuevo jefe del consejo de supervisión, quien se desempeñaba como responsable de Finanzas, expresó su "compromiso personal" en esa tarea, que incluye el esclarecimiento total de las responsabilidades en el escándalo, basado en "certidumbres" y no en "especulaciones" o "presunciones".
La elección de Pötsch fue precedida por las críticas de la Asociación de Protección del Inversor (SdK), que no lo considera el candidato idóneo para afrontar el caso, pues no se ha podido demostrar con certeza que no tenga responsabilidad en este asunto.
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La junta de emergencia
La junta supervisora de Volkswagen celebró este miércoles una reunión de emergencia, ya que esta tarde termina el plazo que el órgano supervisor alemán KBA dio para que VW detalle sus planes para que sus vehículos a diésel cumplan con las leyes de emisiones.
El panel de 20 personas se reunió en la sede de la firma germana en Wolfsburgo cerca de las 07:00 hora local. Fuentes cercanas indicaron a Reuters que era probable que el encuentro durara varias horas, y que asistiera un representante de la firma legal estadounidense Jones Day, que está realizando una investigación externa sobre el caso.
A horas de expirar el plazo, un portavoz del Ministerio de Transportes reconoció que aún no ha recibido de VW el escrito con su plan para reparar la manipulación de las emisiones en todos los vehículos afectados. Esa misma fuente expresó, sin embargo, su confianza en que el consorcio se ceñirá al plazo.
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Las dudas en VW
Más de dos semanas después de admitir que mintió en las pruebas de gases contaminantes realizadas en Estados Unidos, la mayor automotriz europea está bajo presión para identificar a los responsables, informar cómo serán reparados los autos con el software ilegal y si el engaño incluye también a Europa.
La compañía afirmó que podría tener que arreglar hasta 11 millones de autos y camionetas en todo el mundo, y el nuevo presidente ejecutivo, Matthias Mueller, dijo este miércoles en una entrevista a un diario que los llamados a revisión comenzarán en enero y concluirán a fines de 2016.
No obstante, los clientes quieren saber si los cambios afectarán al consumo de combustible y las prestaciones de sus vehículos.
VW aseguró que el software ilegal no fue activado en la mayoría de los 11 millones de vehículos, que están sobre todo en Europa, generando incertidumbre sobre si amañó las pruebas allí.
El Ministerio de Transporte alemán dijo que las pruebas europeas también fueron manipuladas, pero no aportó detalles, por lo que no está claro si la firma se enfrenta al mismo nivel de multas y demandas que en Estados Unidos. Tampoco está claro si los propietarios serán obligados a reformar sus vehículos.
La cuenta total del escándalo, incluidas multas potenciales y demandas, podría ser de 35,000 millones de euros, según analistas de UBS.
Una de las fuentes consultadas por Reuters dijo que es pronto aún para identificar a los responsables y habló de un "cierto grado de miedo" entre los directivos antes del testimonio que ofrecerá el máximo ejecutivo en Estados Unidos ante un panel del Congreso el jueves.
Algunos analistas e inversores temen que veteranos de la firma como Mueller y Poetsch no introduzcan los cambios radicales en las prácticas empresariales que consideran necesarias para restaurar la reputación de Volkswagen.
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