Mexicanas que se arriesgan a fabricar autos
En el año 2000, la empresa Compañía Operadora de Estacionamientos Mexicanos (Copemsa) hizo un plan para el desarrollo de vehículos eléctricos. No obstante, pasaron 17 años para que esta empresa materializara su proyecto a través de la marca Zacua.
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Esta es la primera mexicana que incursiona en la producción de autos eléctricos. El auto, de dos plazas, costará 460,000 pesos y tendrá una autonomía de 160 kilómetros por cada carga de la batería.
Otras empresas mexicanas que también han probado suerte en el sector automotriz son Mastretta, VUHL, Air Design y Giant Motors, con diferentes resultados cada una de ellas.
Mastretta
Hace 27 años, Carlos y Daniel Mastretta abrieron una empresa denominada Tecno Idea SAPI, la cual años después los llevó a crear el Mastretta MXT: el primer coche deportivo diseñado y fabricado totalmente en México.
El MXT se ofrecía en tres versiones, a un precio base de 64,890 dólares. Fue reconocido como uno de los 10 mejores en el London Auto Show 2008 y la marca logró difusión mundial al aparecer en el programa Top Gear de la BBC en 2011.
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La planta de los Mastretta estaba en Ocoyoacac, Estado de México, y tenía capacidad para ensamblar ocho vehículos mensuales. Alrededor de este negocio había 45 empleados, entre 35 y 40 proveedores, y una agencia ubicada sobre la carretera México-Toluca.
Los Mastretta sumaron a Latin Ideas como inversionista. No obstante, la empresa cerró en 2014, luego de que sus inversionistas no cumplieron con la entrega de 5.5 millones de dólares (mdd) al asociarse con Mastretta Cars.
VUHL
Los hermanos Guillermo e Iker Echevarría, de 34 y 31 años respectivamente, entraron a competir en este negocio con su marca VUHL. Actualmente, fabrican 25 coches de pista al año: modelos de 109,900 dólares (casi 2 millones de pesos), que gracias a su estructura ultraligera son capaces de pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en 3.2 segundos.
El primer VUHL vio la luz en 2015. A diferencia de los autos convencionales, cuyo velocímetro llega hasta 240 kilómetros por hora, los coches de pista alcanzan 400 kilómetros por hora gracias a que son hechos con materiales ultraligeros, similares a los que se usan en los aviones. “Mucha fibra de carbono y metales muy ligeros, como el aluminio”, dice Guillermo Echeverría.
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Un VUHL pesa entre 500 y 800 kilos, que es menos de lo que pesa un Smart. Muchos de los proveedores que suministran la planta de Iker y Guillermo son del ramo aeroespacial y también suministran componentes a Bombardier, Airbus y Safrán.
La planta está en Querétaro y en ella trabajan 25 ingenieros.
El negocio para los hermanos Echeverría no es el volumen, sino la rentabilidad obtenida por cada modelo, pues mientras que un auto tradicional entrega un margen de 10%, los vehículos de nicho ofrecen entre 20% y 25%, según datos del Centro de Desarrollo de la Industria Automotriz en México (Cediam).
Giant Motors
Elías Masri, que siempre había trabajado en el negocio de la distribución de utensilios domésticos, decidió emprender su propio negocio en la industria automotriz. Se asoció con otros empresarios para comprar parte del terreno en donde estaba la planta de camiones de Dina, en Ciudad Sahagún, Hidalgo.
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Así nació Giant Motors, una de las primeras empresas mexicanas que encontró su oportunidad de negocio con el ensamble de vehículos de marcas chinas.
En 2006, Giant Motors empezó a ensamblar y a distribuir camiones FAW, la mayor empresa estatal automotriz del país asiático. Tras 10 años y 10,000 unidades vendidas en México, la firma mexicana decidió probar suerte con los autos.
“Buscamos alguna marca china interesada en entrar al mercado mexicano con ensamble local”, dijo Masri, actual director general y presidente del Consejo de Giant Motors, empresa donde Grupo Inbursa, de la familia Slim, también tiene participación.
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JAC, una automotriz china que produce un millón de vehículos al año, levantó la mano. Giant Motors habilitó una línea en la planta para ensamblar dos modelos compactos.
Giant Motors también ensambla los vehículos eléctricos que Bimbo utiliza para el reparto de sus productos en la Ciudad de México.
Air Design
No hacen autos completos, pero diseñan y fabrican autopartes plásticas. El negocio de los hermanos Carlos y Miguel Ávalos comenzó a principios de la década de 1990 en un pequeño taller y con un empleado. Pero 25 años después, suman 100 trabajadores que diariamente fabrican entre 3,000 y 4,000 piezas, en una planta de 20,000 metros cuadrados. (Por Ivet Rodríguez).