GALERÍA Ford Mustang: luce genial a los 50
Detrás de los 10 millones de autos Mustang producidos durante más de 50 años, Ford tiene un secreto: saber poner el coche adecuado en el momento justo. Gracias a esto, su ‘pony car’ es el único que ha mantenido una producción continua durante toda su historia.
Desde su inicios, el Mustang se concibió como un modelo versátil, capaz de satisfacer las necesidades de un amplio abanico de clientes. “Podía ser un coche económico o un convertible de lujo, todo dependía de las opciones que eligiese el consumidor”, dijo Tim Young, gerente de Producción de la planta de Flat Rock, en una entrevista realizada cuando comenzó la producción de la sexta generación, aún vigente.
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El Ford Mustang fue el modelo con más opciones de personalización de todos los coches que salían de las plantas de Detroit en la década de 1960 y esto fue una de las claves de su éxito en 1964 (además de una bien fraguada estrategia publicitaria).
Tan sólo en el primer día hubo 22,000 pedidos del modelo. Incluso, hubo un cliente de Texas que insistió en dormir esa noche en el coche, para garantizar que no se vendiese al día siguiente antes de que el concesionario cobrase su cheque.
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Después de su éxito en la década de 1960, el modelo deportivo pasó su primera prueba de fuego en 1973, cuando subió el precio de la gasolina debido al embargo de petróleo hecho por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La crisis del petróleo castigó al vehículo
En aquel momento, los seguidores del Mustang lo asociaban con grandes motores V8 y potencias cercanas a los 300 caballos. Y razón no les faltaba ya que, desde 1965 y hasta 1973, siempre hubo alguna edición de alto caballaje.
Sin embargo, en medio de una crisis del petróleo, la ‘firma del óvalo’ tuvo que adaptar su ‘muscle car’: cambió las potentes motorizaciones por otras de bajo rendimiento y redujo el tamaño y peso del vehículo.
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Con todos estos cambios, el nuevo ‘pony car’ apenas conservaba las características que lo hicieron famoso en su primera generación, pero permitieron su supervivencia.
Las ventas casi se triplicaron: en 1973 se comercializaron 135,000 vehículos y al siguiente año fueron 386,000 unidades del Ford Mustang II (segunda generación).
Esta generación estuvo vigente cinco años. Luego, en 1979 llegó el Mustang estilo Euro de plataforma “Fox”. No obstante, los modelos hechos bajo esta plataforma habían dejado de lado su identidad americana y habían adoptado un ‘euro style’.
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Entrada la década de 1990 y, con las ventas caídas, Ford tenía un nuevo reto: regresarle al mercado su ícono americano. Para lograrlo, el Mustang fue ampliamente rediseñado. Según Young, 1, 300 de las 1,850 partes que lo constituían sufrieron un cambio radical para regresarle su identidad.
Recuperar la esencia
En 1994 la demanda de los clientes deseosos por comprar el nuevo modelo superó la producción. Algo parecido a lo que pasó con la primera generación.
En 2002, la desaparición del Chevrolet Camaro y el Pontiac Firebird —otros muscle cars— prendieron un foco rojo para los directivos de Ford, quienes arrancaron con el diseño de lo que sería la quinta generación del único sobreviviente de la era de los ‘muscle car’.
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“Queríamos capturar la esencia del auto. Nos fijamos en lo que hizo a los mejores Mustangs buenos y a los otros Mustangs no tan buenos”, dijo en su momento J. Mays, vicepresidente de Diseño Global de Ford de 1997 a 2013.
Las ventas empezaron a subir, hasta que el regreso del Chevrolet Camaro en 2013 hizo sombra al potro de Ford. El modelo de la General Motors encabezó las ventas del segmento en el mercado mexicano en ese año, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Pero Ford apeló a la premisa que le había permitido mantener vivo a su ‘muscle car’ durante casi cinco décadas: saber poner el coche adecuado en el momento justo.
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En 2015, la armadora presentó la sexta generación, que llegó con una ligera reducción en la altura, con un corte vertical del cristal trasero —herencia de los primeros modelos— y una nueva parrilla trapezoidal característica de los últimos vehículos de Ford. En el interior, se sustituyó la llave por un botón de encendido.
Ya viene la versión híbrida
Para el continente americano, Ford ofreció dos motorizaciones: un V6, de 3.7 litros y 300 caballos de potencia, y un V8, de 5 litros y 420 caballos de potencia.
Para el mercado europeo se adicionó un motor EcoBoost de 2,3 litros, en un intento por cumplir con las exigencias medioambientales impuestas en la Unión Europea.
Sin embargo, el ‘pony car’ sigue en evolución: a principios de 2017, Ford anunció que en 2020 presentará al mercado un Mustang híbrido.
La armadora estadounidense dijo que invertirá 11,000 millones de dólares (mdd) en los próximos cinco años para el desarrollo de 24 modelos híbridos y 16 eléctricos hacia 2022. El Mustang híbrido se producirá en la planta de Flat Rock, en Míchigan.