Aerolíneas advierten que avanza la reforma energética para la aviación

La derogación del artículo noveno transitorio del Reglamento de la Ley de Aeropuertos, el cual daba exclusividad a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) para prestar los servicios de almacenamiento, distribución y suministro de turbosina, servirá para impulsar la libre competencia en el mercado nacional de ese combustible.

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Así lo consideró la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), al exponer que el noveno transitorio interfería con la aplicación de la Ley de Hidrocarburos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de agosto de 2014 y que impulsaba la reforma energética en la aviación.

De esta forma, la derogación publicada el pasado 21 de junio significa que las 78 empresas con permisos de importación de turbosina tendrán mayor certeza jurídica para realizar actividades antes reservadas para ASA.

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“Con la apertura del mercado de turbosina, otros proveedores tienen la posibilidad de participar en el mercado del combustible, con tarifas más competitivas, más transparencia en los costos de almacenamiento y una competencia sana entre los participantes”, aseguró el director general de la Canaero, Rodrigo Pérez-Alonso.

Sin embargo, aún queda pendiente la publicación de las tarifas reguladas de almacenamiento y expendio de turbosina, así como la transición en la producción de turbosina tipo jetA1 a jetA, lo cual generará ahorros importantes para Petróleos Mexicanos ( Pemex ) y para la industria aérea.

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“Sabemos que este es el primer paso, por lo que estamos pendientes de que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publique las tarifas de almacenamiento para que arranque la comercialización de turbosina por parte de compañías privadas”, dijo el presidente del Consejo de la Canaero, Sergio Allard.

“Será necesario tomar en cuenta las voces de los actores involucrados, especialmente de las aerolíneas, para lograr una regulación transparente y acorde con las necesidades de todos”, agregó el representante empresarial.

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Lo anterior, porque la libre competencia en el mercado de turbosina deberá traducirse en una reducción de costos en beneficio de las aerolíneas y del consumidor final, concluyó Allard.