Se desata en Brasil el cobro de multas por actos de corrupción
El grupo brasileño J&F, que controla JBS —la mayor procesadora mundial de carne—, pagará una multa de 10,300 millones de reales —unos 3,100 millones de dólares (mdd)— en los próximos 25 años para evitar procesos judiciales, en un acuerdo con la fiscalía anticorrupción del país.
La empresa brasileña cuenta con seis plantas de pollo en territorio mexicano.
Recomendamos: Odebrecht negocia un acuerdo ‘amistoso’ con la PGR
Además de JBS, empresa con operaciones en decenas de países y fuerte implantación en Estados Unidos, el grupo J&F controla otras marcas como Alpargatas —dueña de la marca de sandalias y ropa Havaianas— y Vigor —fabricante de lácteos—, así como un banco y una productora de celulosa.
J&F, que en 2015 facturó 174,000 millones de reales —unos 54,000 mdd—, pagará la multa para evitar procesos judiciales a raíz de una serie de escándalos por corrupción, sobornos y otros actos ilícitos destapados por cinco operaciones policiales en Brasil.
Leer: Celebran empresarios el sistema anticorrupción
El acuerdo entre el Ministerio Público brasileño y J&F prevé la colaboración de los ejecutivos del grupo para destapar los detalles de las diversas tramas en las que participó particularmente JBS, la mayor productora de carne bovina de Brasil y una de las mayores del planeta.
Aportaciones ilegales a campañas políticas
La multa será ajustada anualmente a la inflación y la cantidad abonada —que puede superar 6,000 mdd— es considerada una de las mayores de la historia para una empresa del sector por transgredir la ley por actos de corrupción y sobornos, a cambio de influencia política.
Varias empresas brasileñas, sobre todo constructoras, como Odebrecht, Andrade Gutierrez y Camargo Correa, firmaron acuerdos con la fiscalía para pagar multas y colaborar con las investigaciones, a cambio de evitar procesos judiciales derivados de la Operación Lava Jato, aunque la cantidad que abonará J&F no tiene precedente.
Recomendamos: Involucran a Emilio Lozoya en caso Odebrecht
El dueño de JBS, Joesley Batista, hijo del fundador, se encuentra en el ojo del huracán después de que reveló que el presidente Michel Temer le pidió durante años dinero para financiar campañas políticas.
Batista, quien se encuentra en un lugar desconocido de Estados Unidos tras confesar durante semanas todo cuanto sabe a los fiscales brasileños, incluso grabó secretamente una conversación con Temer en marzo en la residencia presidencial que exacerbó la crisis política en Brasil y que amenaza con provocar la caída del mandatario, también investigado por corrupción.