6 coberturas útiles y ‘raras’ para las fábricas
Nota del editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 257 de la revista Manufactura, Especial Industrial sin Fronteras, correspondiente a mayo de 2017.
La incidencia delictiva es uno de los principales factores que juegan en contra de las operaciones de una planta, pero no es el único. El desconocimiento de otros riesgos —que incluso pueden sonar inimaginables— junto con la baja cultura de la prevención pueden poner en aprietos a cualquiera.
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La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) refiere que de los 5.6 millones de empresas que existen en el país —de las cuales 10.7% pertenece a la industria manufacturera y emplea a 18.1% de la población ocupada— solo entre 6% y 7% cuenta con protecciones contra riesgos.
La Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2016, realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en 2015, arrojó que 35.5% fue víctima de algún delito. De éstas, 31.7% pertenecía al sector industrial.
La encuesta menciona que los tres delitos más frecuentes en la industria son, en primer lugar, la extorsión, seguida del robo o asalto de mercancía, dinero, insumos o bienes, y el robo total o parcial de vehículos.
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El costo promedio del delito por unidad económica fue de 57,779 pesos, mientras que para el sector industrial llegó hasta 97,689 pesos.
En general, las empresas tuvieron pérdidas a consecuencia de la inseguridad y delitos por 138,900 millones de pesos (mdp), un costo más alto que el que utilizaron para protegerse (73,300 mdp).
Las cifras de la AMIS, al cuarto trimestre de 2016, indican que de los 258 millones de pesos (mdp) que pagaron las aseguradoras en 2016, cerca de 14% correspondió a siniestros que sufrieron las empresas.
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Las cifras de la AMIS indican que la cobertura más solicitada por las empresas fue la de riesgos catastróficos, seguida de la de incendio. Sin embargo, existen otras que posiblemente se escapan de tu análisis de riesgos y debes considerar.
1. Pérdidas consecuenciales. Esta cobertura te protege de las pérdidas económicas que tenga una empresa por la paralización o entorpecimiento de las actividades normales, derivado de un evento catastrófico. También paga las rentas del local y los sueldos de los empleados hasta que las condiciones estén nuevamente como antes del siniestro.
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2. Responsabilidad civil. Cubre los daños a terceros que la empresa pueda ocasionar en una sociedad (vecinos), al medio ambiente o a sus empleados. Por ejemplo, si produces alimentos y se contaminan, el seguro paga el daño ocasionado al vendedor y a los clientes del vendedor que consumieron de él. O si entregaste tarde la mercancía o mal empacada y tus clientes tuvieron afectaciones derivado de tu impuntualidad, también está cubierto.
3. De actos vandálicos a terrorismo. Las manifestaciones y actos vandálicos pueden provocar daños a tu negocio, desde que no puedas operar, hasta retrasar entregas o que te rayen la fachada o rompan los vidrios. Hay coberturas que protegen de estos riesgos. Existen otras que cubren los daños ocasionados por ataques nucleares, terrorismo o crimen organizado, todo depende de la zona donde se ubique la planta.
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4. Responsabilidad civil profesional. Respalda los daños derivados de una decisión poco acertada en la compra de activos, bienes consumibles (tecnología) o insumos, así como de fusiones, inversiones, pedidos cancelados, fraude o una mala decisión tomada por el Consejo de Administración y directivos de la empresa en perjuicio de los resultados, clientes y proveedores.
5. Cobertura por remoción de escombros. El seguro contra fenómenos hidrometeorológicos puede hasta reconstruir la empresa si así lo especifica el cliente en las cláusulas del contrato y si el monto de suma asegurada alcanza. Pero cuidado, porque si quieres que se encargue de limpiar los escombros te costará una prima extra.
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6. Riesgos cibernéticos. La información de clientes, proveedores y empleados es uno de los activos que la compañía debe proteger del robo, plagio o hackeo. Esta cobertura no recuperará la información perdida pero sí pagará por los daños ocasionados a terceros por los ciberdelincuentes.
Mucho ojo
Como sucede en estos casos, el costo de tu seguro (prima) dependerá de la ubicación de tu empresa, del valor de las ventas, así como de los insumos, maquinaria, inmueble y deducible a pagar, comenta Rubén Barrera, director técnico de Responsabilidad Civil y especialidades de AON México, consultores en administración de riesgos.
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Si bien la contratación de una protección de este tipo constituye un gasto adicional para las empresas, a la larga se convierte en una garantía de sobrevivencia y por lo tanto un incentivo más para operar en la economía formal.
“Cuando una empresa está en la informalidad no puede ser asegurada, ya que debe tener facturas de todos los bienes que ha comprado y contabilizar sus ventas para hacer el reclamo correspondiente”, concluye Miguel Ángel Peris, director de Desarrollo de Negocio de Mapfre Seguros.