Grafeno, una cara promesa para la industria
Nota del editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 259 de la revista Manufactura, 100 Manufactureras, correspondiente a julio de 2017.
(Manufactura) — En un átomo de grosor, el grafeno contiene propiedades que lo hacen coronarse como el material del futuro, con posibilidades de aplicarse en sectores que van de la salud a la manufactura gracias a su capacidad de conducción, poca corrosión y alta flexibilidad, y hasta 100 veces más fuerte que el acero más resistente.
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Sin embargo, para que la sustancia compuesta de carbono puro se popularice en la industria, es necesario que se reduzca su precio de producción —el cual ronda los 300 dólares por gramo, en comparación con el precio del acero de alrededor de 400 dólares por tonelada métrica—, además de homologar la calidad de los materiales grafénicos.
Algunos sectores ya comienzan a experimentar con él y se espera que se vuelva protagonista en los próximos años. Una de las aplicaciones más desarrolladas de este material es en baterías y almacenamiento de energía. Aún en prototipo, podría utilizarse en teléfonos inteligentes y autos electrónicos gracias a su ligereza y capacidad de guardar menos el calor, además de ser poco susceptible a la corrosión ante el ambiente.
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En el sector salud, su uso más inmediato está la manufactura de implantes electrónicos, ya que es posible hacer piezas detalladas gracias a la conductividad, flexibilidad y ligereza del material.
La poca oxidación del material cuando está expuesto a la intemperie permite visualizar su uso en el tratamiento de agua, sobre todo en la desalinización, una opción viable para afrontar la crisis por escasez de agua en el ámbito global.
Su transparencia y conductividad también lo ponen en el radar de las energías limpias. Estas propiedades lo hacen ver como alternativa al silicio en la fabricación de celdas fotovoltaicas.