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Este es el contrainforme del sector industrial

GRÁFICA Revisión del TLCAN, inflación y peso devaluado aportan un crecimiento de 0.42% anual.
vie 01 septiembre 2017 12:05 PM
balance recuento
balance recuento - (Foto: Shutterstock)

Los recortes presupuestales, los tiempos para aplicar las reformas estructurales, la volatilidad cambiaria, las alzas de precios de las materias primas y más recientemente la incertidumbre generada por la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) son los obstáculos que en lo que va del sexenio ha enfrentado el sector industrial del país, cuyo crecimiento ha sido cinco veces menor al avance general de la economía.

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En los 4.5 años que lleva la administración del presidente Enrique Peña Nieto —que el día de hoy entrega su informe de gobierno—, la producción del sector secundario ha tenido un crecimiento promedio anual de 0.42%, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) de México ha avanzado a una tasa de 2.37%, como refieren cifras originales publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

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El sector secundario de la economía era uno de los que más esperanzas tenían en las reformas estructurales —sobre todo la energética que permitió por primera vez la inversión privada—. Sin embargo en lo que se agilizan los tiempos de aplicación de los proyectos derivados de las reformas, las empresas industriales han tenido que enfrentarse a otros desafíos, como el aumento de los precios de los energéticos, la inflación y los problemas de inseguridad.

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“Han sido años difíciles. Las materias primas han subido y los precios de venta no han reflejado la realidad. Hemos tenido que aguantar y eso de alguna manera nos ha afectado a la mayoría”, reconoce en entrevista Raúl Picard del Prado, presidente de la Comisión de Comercio Interior de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).

Más costos y menos ganancias

De diciembre de 2012 —cuando comenzó la actual administración— al 19 de enero de este año —fecha en la que el dólar alcanzó la cotización más alta de los últimos años al ubicarse en 21.93 pesos por dólar— la moneda mexicana cayó 69%.

La producción industrial —que abarca manufactura, construcción, generación de electricidad, gas y agua, así como minería— ha sido especialmente sensible a este fenómeno, por el encarecimiento de las materias primas.

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El Índice Nacional de Precios Productor (INPP) ha alcanzado máximos históricos de hasta 9.81% en 2017, lo que ha afectado los costos de producción de las empresas. 

Luis Gerardo González, dirigente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), advierte en entrevista que el incremento en los precios de las materias primas ha tenido repercusiones al condicionar los márgenes de los fabricantes para invertir y pagar la nómina.

Reforma fiscal que no convence

En lo que va del sexenio, el sector industrial ha enfrentado diversos retos y momentos clave. La reforma fiscal, que entró en vigor en 2014, fue uno de los más significativos, ya que varios productos y servicios fueron gravados con impuestos especiales.

Por ejemplo, el Congreso de la Unión aprobó una tasa de 8% para  el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), aplicable a los alimentos con alto valor calórico como dulces, bombones y chocolates. 

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Asimismo, se aplicó un impuesto de 1 peso por litro a los refrescos y bebidas azucaradas y un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16% tanto en gomas de mascar, como en alimentos procesados para mascotas.

Dichos impuestos causaron molestias especialmente entre las empresas de bebidas azucaradas, que todavía exigen su cancelación. Recientemente y previo a la discusión del presupuesto para 2018, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) insistió en que impuestos como el IEPS no sirven para inducir mejores prácticas alimenticias de los consumidores.

Si a esta circunstancia se suma la renegociación del TLCAN —algo que no se tenía en el horizonte del gobierno de Enrique Peña Nieto, sino que ha sido una iniciativa de Estados Unidos—, el sector industrial se ha visto en la necesidad de detener nuevos proyectos en espera de conocer el resultado de las conversaciones.

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Lo anterior, porque posibles cambios en materia de reglas de origen, aranceles o cupos de importación —entre México, Estados Unidos y Canadá— pueden cambiar el funcionamiento de ramas de actividad clave, como ya lo han manifestado la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID).

Capacidad ociosa

En este contexto, Picard del Prado afirma que las empresas no operan actualmente al 100% de su totalidad, pues estimó que en promedio el uso de la capacidad instalada oscila en 75%.

“Han sido años difíciles para la industria porque hemos perdido, las utilidades han bajado, hay muchas empresas que han estado trabajando prácticamente al nivel mínimo para estar sobreviviendo, pero siguen firmes y con esperanza”, asegura el también presidente de la empresa fabricante de chocolates Picard.

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Al hacer un balance sobre el desempeño del sector industrial, James Salazar, analista Senior de Ci Casa de Bolsa, refirió que una de las razones que contribuyeron para el magro desarrollo de la industria nacional ha sido la débil demanda externa.

“Sobre todo en los primeros años (del sexenio) sí hubo una menor demanda externa que terminó impactando negativamente a las exportaciones y esto a su vez en la industria manufacturera, que es el principal componente de exportaciones en México”, comenta en entrevista.

Las exportaciones no petroleras reportaron un crecimiento promedio anual de 4.6% en lo que va de este gobierno, resultado de un crecimiento de 4%, 7.3% y 0.8% en 2013, 2014 y 2015, respectivamente, así como de un descalabro de -0.6 en 2016. En el primer semestre de este año, el avance es de 9.5%.

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El analista agrega que los sectores vinculados con la actividad minera y petrolera también fueron de los más afectados, tanto por la caída en los precios internacionales del crudo —de arriba de 100 dólares a casi 20 dólares por barril—, como por el descenso en la plataforma de producción de Petróleos Mexicanos (Pemex).

En ese mismo sentido, James Salazar refiere que las industrias de la construcción, del acero y metal-mecánico también ha enfrentado momentos difíciles en esta administración, resultado de la supresión y atraso en el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura, como la cancelación de los trenes México-Querétaro y el transpeninsular Yucatán-Quintana Roo. 

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