La energía hidroeléctrica se rezaga frente a la solar y la eólica
Las energías limpias viven los albores de una explosión acelerada en México tras la reforma energética y las leyes para combatir el cambio climático. El país planea impulsarlas hasta que la generación limpia pase de 20% del total actual de la electricidad a casi 43% para 2024.
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Los proyectos para construir plantas eólicas y solares protagonizan el panorama de este crecimiento y aspiran a llegar al nivel de la energía hidroeléctrica. Por ahora, ésta es la única tecnología renovable con una participación relevante en la generación eléctrica total del país, con 17% de capacidad instalada, frente a 5% de la eólica o 0.62% de la solar, según cifras de la Secretaría de Energía (Sener) de mediados de 2017.
Pero la complejidad de construir estos proyectos hídricos, frente a las oportunidades que se abrieron a las otras dos tecnologías, muestra que las energías generadas con las fuerzas del agua pueden pasar a segundo plano.
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“El tiempo de desarrollo de un proyecto hidroeléctrico es mayor que el de uno solar o eólico y eso te da retornos de inversión distintos”, dice Diana Vázquez, directiva de The Nature Conservancy.
Esta compañía ofrece a las firmas que quieran desarrollar estos proyectos, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), servicios de análisis en materia ambiental y social para reducir los tiempos de puesta en marcha de las plantas hidroeléctricas.
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De otro modo, pueden generarse problemas que cuestan tiempo y dinero. La CFE, la eléctrica nacional, enfrenta ahora un paro indefinido en el proyecto hídrico de Chicoasén, en Chiapas, por distintos conflictos sociales en la localidad, cuenta Fernando Zendejas, subsecretario de Sener.
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El funcionario reconoce además, que las subastas de largo plazo —que tanto impulso han dado a la energía solar y a la eólica— no ofrecen las mejores condiciones para impulsar la energía del agua. Sólo un proyecto hídrico ha ganado un contrato en las tres licitaciones de este tipo.
“Los ganadores deben entregar los productos correspondientes en un periodo de tres años posterior a la subasta, pero las centrales hidroeléctricas requieren de más tiempo para su construcción”, explica Zendejas.
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El potencial de recursos para la generación hídrica en México todavía es grande, pero las inversiones y apuestas por ahora se enfocan al Sol y al aire para impulsar el sector renovable en el país.