Avanza acero automotriz 'made in México'
La industria automotriz establecida en México requiere cerca de 4 millones de toneladas de aceros especiales para ensamblar 2.9 millones de vehículos. Actualmente, parte de este material ya se compra en México.
“Vamos muy bien con los clientes. Han aceptado muy bien el producto y ya hacemos despachos regulares a las automotrices”, dijo Máximo Vedoya, presidente ejecutivo de Ternium en México.
En septiembre del año pasado, Terrnium y Nippon Steel inauguraron una nave en Pesquería, Nuevo León, con capacidad para 400 mil toneladas de acero galvanizado por inmersión de alta especificación, utilizado en la fabricación de partes automotrices de uso expuesto.
Vedoya adelantó que en abril la nueva planta empezará a trabajar a un ritmo de 24x7 (es decir 24 horas, los 7 días a la semana).
Además de Ternium, Altos Hornos de México (AHMSA) también arrancó una planta ubicada en Monclova, Coahuila, con capacidad para un millón 200 mil toneladas de acero al año (una parte es de alta especialidad).
Si bien ya hay un porcentaje de la demanda ya se cubre con producción local, todavía hay un déficit, y en eso debemos de trabajar, dijo Vedoya.
Las armadoras importan más de 2 millones de toneladas de láminas recubiertas para las carrocerías, mientras que los fabricantes de autopartes compran al exterior otro tanto similar, según datos de la Secretaría de Economía y la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).
Acero, el preferido
Jaguar-Land Rover usó aluminio en la carrocería de la nueva SUV Range Rover, gracias a esto, la nueva versión es 400 kilos más ligera que su antecesora.
Pese a este beneficio, materiales alternativos como aluminio o fibra de carbono no se han masificado. El acero aún se mantiene como el material preferido de las armadoras.
¿Por qué? Porfirio González Mier, ex presidente de la Association for Iron & Steel Technology (AIST), lo atribuye al precio. El kilo de aceros especiales vale de 35 a 40 pesos, mientras que el aluminio cuesta 4 veces más. La fibra de carbono alcanza precios de 1,000 pesos el kilogramo.