Lydia Lavín creó una marca homónima hace siete años, cuya propuesta consiste en incorporar bordados mexicanos en prendas contemporáneas, para lo cual esta diseñadora mexicana se apoya en comunidades indígenas bajo un esquema de fairtrade, lo cual garantiza el pago justo a los artesanos.
Para cada colección, Lavín trabaja con un grupo de artesanos, para la última se trabajó con gente de Cuetzalan, Puebla, a quienes se les dio una capacitación previa para que pudieran cumplir con estándares de calidad y algunos aspectos técnicos.
Finalmente, los bordados se incorporan a la prenda previamente confeccionada, detalló Lavín.
Los vestidos de cocktail, novia o de noche se confeccionan en el taller de Lavín, mientras que la ropa casual se manda maquilar al Estado de México (tejidos planos) y a Hidalgo.
La idea de esta marca es producto del background sobre diseño textil mexicano que Lydia Lavín adquirió como académica en la Universidad Iberoamericana. Hace siete años empezó con una producción de cinco piezas por modelo y ahora hace hasta 600 piezas, las cuales distribuye a boutiques o tiendas departamentales tanto a nivel nacional como en España, Argentina, Estados Unidos y Australia.
“Mi propuesta se inserta en un contexto donde hay una revaloración de lo local”, consideró la diseñadora.