Soluciones láser a doble vía

Las ventajas en precisión y reducción de desperdicio gracias a las cortadoras a láser ponen a esta tecnología como la favorita de la industria metalmecánica. Si bien las tendencias ahora van del láser generado a partir de dióxido de carbono (CO2) y el que se crea con fibra óptica (luces LED).

 

Hay empresas que han dejado de lado la tecnología CO2 en aras de las nuevas generaciones creadas con fibra, reconoce Roberto Escobedo, consultor en equipos láser y automatización para Disma Metalmecánica, que maneja en México maquinaria-herramienta de la japonesa Amada, entre otras firmas.

 

Pero a los ojos de este especialista, la discusión de optar por CO2 o fibra es infructuosa, pues dependerá del tipo de producción que se requiera para elegir una u otra. De hecho, a decir del ejecutivo, ambas tecnologías conviven en el ámbito industrial y de hecho, así ocurre en el catálogo de Amada, que maneja las dos opciones. 

 

La máquina FOM1 está en funcionamiento en el área que Disma contrató en Expo Manufactura 2013. El rectángulo, que es cabina y caja de espejos, funciona rítmicamente mientras lo alimentan de gruesos pliegos de aluminio y de lámina. Corta a precisión figuras caprichosas en una tanda, y figuras en forma de herradura en otra. Esto como demostración en el desempeño de esta cortadora de láser que funciona basándose en CO2, idónea para producciones de acero grueso y otros planchones de acero.

Las autopartistas, los fabricantes de tractores, las maquiladoras de eléctricos y electrónicos son quienes más usan este formato.

 

Se trata de la tercera generación de estas cortadoras, tecnología que surgió en el mercado en 2010. Su trabajo equivale al de 20 punzonadoras, no sólo en capacidad de producción, también por la cantidad de herramientas que es capaz de integrar.

 

Lo novedoso de esta generación, detalla Escobedo, es su tablero de controles, ahora con  más funciones y alternativas de automatización. Conforme ha pasado el tiempo, los cortes se han hecho más sofisticados y permiten un acabado más preciso.

 

En cambio, quienes deban trabajar con cortes más finos y con otros materiales (como cobre, platón, bronce, tugsteno y otros metales de superficies reflejantes) optarán por el láser a base de LED.

 

La cortadora de láser con CO2 que estuvo en el piso de exhibiciones de Disma tiene un precio promedio de medio millón de dólares –con posibilidades de financiamiento de Amada y de algunas de las arrendadoras con las que trabaja Disma--. La depreciación, si bien dependerá de la producción de la empresa que la adquiera, puede plantearse en un marco de 10 años de operación o 60 mil horas de trabajo en esa maquinaria.

 

Ambas tendencias tecnológicas para cortar a láser están disponibles y rigen el mercado de hoy.