'Se levanta el viento', homenaje a un ingeniero aeronáutico
En ‘Se levanta el viento’, filme dirigido por el cineasta Hayao Miyazaki, se revela el anhelo del ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi: diseñar aviones en un entorno de incipiente desarrollo aeronáutico en Japón y en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
Durante los primeros minutos de la trama, Miyazaki muestra a un pequeño que devora revistas sobre aviación, lo que le ayuda a crear un universo onírico encabezado por charlas con su mentor imaginario, un ingeniero italiano llamado ‘Gianni’ Caproni.
Luego de estudiar ingeniería en Tokio, Jiro ingresa a las filas de la empresa Mitsubishi en 1927, para diseñar el montante de un ala. Pronto, sus jefes perciben su talento y la encomienda de tareas más sofisticadas va en aumento.
En un tiempo en el que Japón solía importar tecnología, (“¿Por qué Japón es un país pobre? Nos llevan 20 años de ventaja”, menciona uno de los compañeros del protagonista), viaja a Alemania como parte de un grupo de ingenieros encargados de llevar hasta suelo nipón un bombardero hecho de acero.
Más allá del asombro inicial al observar al monstruo de metal, Jiro comprende su país también es capaz de construir sus propias máquinas voladoras. Sin embargo, y a pesar de que la inspiración es inmensa, la tarea no resulta sencilla.
Tras varios intentos fallidos y la presión de la marina por nuevos aviones bélicos, Jiro trabaja incansablemente para conseguir un avión capaz de resistir los embates de la Segunda Guerra Mundial. En ese lapso, se reencuentra con Naoko, una joven a la que conoció durante un viaje en tren, y quien lo alienta a seguir adelante.
Desde Porco Rosso (1992), se puede vislumbrar el interés de Miyazaki por el mundo de la aviación, pero es hasta ahora cuando el afán por volar se concreta, al tomar como base la vida de uno de los pioneros de esta actividad en Japón.
También destaca el viento como un poderoso recurso poético presente a lo largo de la historia. De hecho, el título es parte de una cita del poeta francés Paúl Valéry: “Se levanta el viento… ¡hay que intentar vivir!”.
Así, este filme resulta una buena fuente de inspiración para aquellos jóvenes que tienen un especial interés por la ingeniería aeronáutica. En una de las tantas fantasías del protagonista, Caproni menciona que “los ingenieros convierten los sueños en realidad”.
Con esta obra, Miyazaki dice adiós al cine de animación, (según lo ha declarado él mismo), género al que le dio un nuevo soplo de vida a través del mítico Studio Ghibli.
Actualmente la película forma parte de la 56 Muestra de Cine Internacional de la Cineteca Nacional. Su estreno a nivel comercial está previsto para junio próximo.