Ni cerveza ni alcohol para rehidratarse

Las personas que trabajan con máquinaria a altas temperaturas, requieren bebidas con más sales
Cerveza - (Foto: sxc.hu)

Aunque la creencia dicta que las cervezas sirven para rehidratar al organismo cuando hace mucho calor, lo cierto es que el alcohol que contiene esta bebida deshidrata las células y provoca perdida de agua, o sea el efecto contrario a la rehidratación.

José Víctor Calderón, investigador en bioquímica médica del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, explicó que el problema de tomar cerveza –o cualquier otra bebida alcohólica-, es que las células pierden agua, se aumenta la generación de orina y se desajustan las hormonas encargadas de mantener el agua y los electrolitos de organismo por el efecto del alcohol.

A pesar de que la cerveza contiene el agua y electrolitos que el organismo necesita cuando está deshidratado, entre más alcohol consuma, más líquidos seguirá perdiendo. Al ser un diurético, los riñones funcionan en exceso para eliminar el agua y los electrolitos que contiene esta bebida y los que ya tenía el organismo, provocando un desajuste sistémico.

El cuerpo humano tiene en promedio 50 litros de agua con una buena cantidad de electrólitos -sodio, calcio, cloro y potasio-, cuya función es contribuir a que el líquido se absorba correctamente llegue a las células y los órganos cumplan sus funciones. También facilitan la entrada de los nutrientes en el intestino y la salida de moléculas de excreción a través de los riñones.

Al practicar ejercicio o realizar un trabajo que requiera esfuerzo (como en alguna fábrica a altas temperaturas) y se haga en condiciones extremas, el organismo también pierde agua a través del sudor. En ese momento, indicó Calderón, el intestino y el sistema renal empiezan a trabajar orquestados por el cerebro y un conjunto de hormonas: el cerebro emite señales de sed, el intestino absorbe el agua y el riñón retiene líquidos y electrolitos para mantener la cantidad correcta de agua en el organismo.

Si la actividad física continua, el organismo comienza a tener sed de manera más intensa, la garganta y la boca se resecan, hay poca orina, la presión arterial empieza a disminuir, hay mareos, dolor de cabeza, pérdida de equilibrio y coordinación motora y perdida del conocimiento.

“El líquido es esencial para mantener la presión arterial, por lo que las personas pierden la presión arterial, es similar a como si hubiera sangrado porque al deshidratarse, el plasma se reduce en volumen y la presión no puede mantenerse”, indicó el investigador.

En este punto, es imperante que el sujeto tome agua o una bebida rehidratante que contiene agua y electrolitos. Calderón indicó que las personas con una actividad física baja pueden beber agua y recuperar los electrolitos perdidos con alimentos ricos en sodio, potasio y calcio. En cambio, aquellos que realizan más esfuerzo o en condiciones extremas, requieren bebidas que contengan estas sales, para la recuperación inmediata.

En este caso, la cerveza podría contribuir a recuperar algo de estas sustancias. No obstante, más de una cerveza tiene el efecto contrario, lo cual la hace no recomendable como rehidratante.