Ayudar a las empresas a imprimir menos puede parecer contradictorio para una firma que se dedica exclusivamente a fabricar impresoras, pero para Lexmark, resultó la estrategia ‘salvadora’ ante una amenaza potencial.
En 2007 la compañía estadounidense vislumbró que los hábitos de impresión iban a cambiar, así es que la compañía dio un giro al negocio y se enfocó en hacer a los multifuncionales máquinas ‘inteligentes’ capaces de gestionar los documentos, dijo Arturo Licón, gerente de desarrollo de negocios de Perceptive Software de Lexmark.
El discurso de venta cambió, Lexmark pasó de vender ‘impresoras’ a proveer ‘soluciones para la gestión de documentos’, máquinas capaces de implementar cuotas de impresión para usuarios individuales o grupos de usuarios, o restringir determinadas funciones, como la copia, la digitalización o el fax.
Las organizaciones gastan entre 1% y 6% de sus ingresos anuales en copias e impresiones de oficina, documentos que no siempre se usan, de hecho una de cada seis páginas impresas va directamente a la basura sin que nadie la lea (IPSOS).
Una gestión proactiva de las impresoras puede suponerle un ahorro de hasta el 30% de los costos, dice Licón.