Daimler pone a Alemania bajo la justicia europea
La Comisión Europea indicó el jueves que demandará a Alemania ante la justicia europea por transgredir la legislación europea al autorizar a Daimler, fabricante de los vehículos Mercedes Benz, a sacar al mercado europeo vehículos con sistemas de aire acondicionado que no responden a la directiva sobre el uso de gases refrigerantes.
La Comisión había iniciado en enero de 2014 un procedimiento de infracción contra Alemania por este caso.
"Alemania no tomó todas las medidas contra la entrega de certificaciones para los vehículos con motor no conformes y no impuso una medida correctiva apropiada al constructor", lamentó la Comisión en un comunicado.
Nota: VW se desdice; niega falseo de emisiones CO2
Según Bruselas, Berlín dejó a Daimler transgredir la reglamentación que obliga a todos los constructores europeos a equipar los sistemas de aire acondicionado de sus nuevas gamas con el gas R1234yf.
Éste es el único gas autorizado en la Unión Europea (UE), menos nocivo desde el punto de vista del calentamiento del clima.
"Recurriendo a la Corte Europea de Justicia, la Comisión intenta hacer respetar los objetivos climáticos de la directiva y apunta a (...) garantizar condiciones de competencia equitativas para todos los operadores económicos", explicó.
Nota: VW presenta soluciones técnicas para autos trucados
Según Bruselas, las autoridades alemanas "omitieron ordenar a Daimler llamar a revisión a los vehículos y proceder a las adaptaciones técnicas necesarias".
También "permitieron a Daimler evitar que aplique la directiva" acordando una homologación a nuevos vehículos en virtud de una regla existente antes de que entrara en vigor la nueva reglamentación el 1 de enero de 2011, precisó.
Daimler cuestionó la evaluación europea argumentando que el uso de los gases refrigerantes prescritos por la directiva planteaba un riesgo a la seguridad.
El constructor afirmó que el nuevo gas, producido por los grupos estadounidenses Dupont y Honeywell, era inflamable en caso de choque. Pero esta inquietud no la compartía ningún otro constructor y fue rechazada por la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), así como por los expertos científicos de la UE, subrayó la Comisión.