Fabrican motor electromagnético para auto híbrido
Un ingeniero mexicano desarrolló un prototipo de motor para un automóvil híbrido mediante un juego de engranes electromagnéticos que, en vez de dientes normales de ensambles, se colocan electroimanes.
El engrane electromagnético posee una fuerza de 10 a 20 kilogramos por centímetro cuadrado con el uso de electroimanes con núcleo de ferrosilicio, mientras que el consumo eléctrico es desde 1 watt por cada dos kilogramos.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el desarrollador José Alfredo Pineda Ortega destacó que la transmisión electromagnética gasta menos de 500 watts para un torque de 400 libras-pie.
Una de las ventajas de usar este tipo de tecnología es que no existe contacto directo entre los engranes, lo que evita el uso de aceite, no genera ruido y por medio de un sistema electrónico se puede encender y cambiar de velocidad.
“El motor eléctrico es mucho más eficiente que el motor de gasolina, este tiene una eficiencia de hasta 40%. Esto significa que del total que le metes de combustible te va a entregar en movimiento solo este porcentaje”, explicó Pineda Ortega.
“Se pierde mucho por el calor, fricción, etcétera. El motor eléctrico anda entre 70% y 80% de eficiencia, el problema son las baterías”, comentó el ingeniero.
Pineda Ortega propone emplear este tipo de motor en un coche de gasolina para convertirlo en híbrido y así poder usar el motor electromagnético de 10 caballos de fuerza durante embotellamientos, al estacionarse, al circular a bajas velocidades, entre otras opciones.
El especialista mencionó que para el funcionamiento de este sistema se necesitan dos baterías normales de coche, las que representan cerca de tres caballos de capacidad eléctrica.
“Si haces el motor de cinco o 10 caballos tienes la capacidad para moverte en versión eléctrica unos 20 minutos, en lo que pasa el embotellamiento. Claro que cuando estás detenido no consumes nada de energía por ser motor eléctrico”, expuso Pineda Ortega.
El especialista solicitó la patente de su desarrollo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y ahora trabaja en un prototipo industrial.