Industria alimenticia pierde “calorías” en 2016
La desaceleración de la economía mexicana, la volatilidad del precio del dólar y el incremento de las tarifas de los energéticos reducirán a la mitad el ritmo de actividad de la industria de alimentos procesados este año, ya que su tasa de crecimiento bajará de 5% reportado en 2015 a 2.5% en 2016, anticipa Alfonso Cano Sordo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca).
“Esta es una industria que, pese a ser elemental para las personas dado que implica alimentos, no es ajena al desempeño de la economía ni a factores coyunturales -como el tipo de cambio que repercute en los costos de los insumos o las tarifas de los energéticos-, dado que son elementos indispensables para las labores de producción, almacenamiento y distribución”, refiere el representante empresarial.
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En 2015, el valor de la producción de alimentos procesados en México fue de 106,732 millones de pesos (mdp), lo que representó un incremento de 5% respecto de 2014, detalla en entrevista Alfonso Cano.
“Este ascenso se debió a que se apostó con mayor fuerza por la generación de bienes de alto valor agregado y a las suficientes materias primas para el abasto”, explica el directivo.
Pero a estos factores también se suman los costos de manufactura competitivos, la disponibilidad de mano de obra especializada y el tamaño del mercado interno, los cuales son atractivos para que empresas extranjeras deseen establecerse en México, aseguró José Luis de la Cruz, director académico del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).
EU, destino de 86% de exportaciones
En la última década, la inversión extranjera directa en esta industria acumula un total de 22,400 millones de dólares (mdd), según un informe sobre alimentos procesados de la Unidad de Inteligencia de Negocios de ProMéxico.
“Otro de los atractivos del país como destino de inversión son los 12 acuerdos de libre comercio con 46 países”, lo que significa una oportunidad de negocio adicional, comenta De la Cruz.
Foto: Cuartoscuro
Las estadísticas de Canainca, organización que agrupa a las 45 empresas responsables del 90% de la producción de alimentos procesados en México, indican que el año pasado, las exportaciones alcanzaron un valor total de 9,000 mdp, lo que representó un ascenso de 7.7 % respecto de 2014.
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Entre los productos más exportados destacan los jugos y néctares, seguidos de diversos tipos de chiles, así como salsas y condimentos. “Estados Unidos concentra 86% de nuestras exportaciones, pero también enviamos productos a Centroamérica, Sudamérica y Europa”, comenta Alfonso Cano.
En tanto, las importaciones tuvieron en 2015 un valor de 6,274 mdp, lo que representa un crecimiento de 6% en relación con 2014. Éstas se concentraron en frutas en almíbar, salsas y condimentos que no son comunes en el país, además de jugos y néctares variados.
“Se trata de productos que requieren para su elaboración insumos naturales que no necesariamente se tienen en el país por condiciones de clima o también son productos que por la apertura comercial es conveniente importar”, añade el representante empresarial.
Permanente actualización
Las empresas que forman este sector industrial invierten en maquinaria y equipo para automatizar procesos que le permitan estar a la vanguardia y también para almacenar insumos del campo dado que muchos de ellos son de temporal. El año pasado se destinaron cerca de 3,500 mdp, cantidad 6.5% a la registrada en 2014.
“La industria apuesta a la más alta tecnología, así como al incremento de su capacidad para almacenar productos, los cuales muchas veces son de temporal, pero que nosotros debemos tener en inventario para ponerlos a disposición del público durante todo el año”, refiere Alfonso Cano.
Asimismo, las empresas de alimentos colaboran con la Secretaria de Economía (SE), la Secretaría de Salud (SSA) y la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) en el desarrollo de normas para la preparación, envasado y etiquetado con el propósito de dar claridad al consumidor sobre el contenido de los productos a la venta y de esta forma que puedan tomar mejores decisiones de compra, concluye el líder empresarial.
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