Blindaje contra la inseguridad, una inversión
El fenómeno de la criminalidad es un factor que afecta la competitividad del país, ya que las empresas no sólo deben gastar en proteger a las mercancías y a su patrimonio, sino que también deben organizar planes de riesgo y dedicar más tiempo a la seleccción de personal confiable.
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Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inseguridad le cuesta anualmente al país 236,000 millones de pesos (mdp), que equivalen a 1.25% del Producto Interno Bruto (PIB).
Las empresas establecidas en México, incluidas las del sector manufacturero, han tomado conciencia del fenómeno delictivo principalmente por sus propias experiencias, pero no por un acuerdo político o institucional, comenta Marisol Ochoa, investigadora de la Universidad Iberoamericana (Uia) y analista de temas de seguridad pública.
“Muchas compañías -sobre todo las grandes- han tenido que destinar presupuestos altos a reforzar su seguridad y aprendieron”, refiere en entrevista la académica.
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Para apoyar su punto de vista, Marisol Ochoa cita el informe de seguridad empresarial 2015-2016 de la Cámara Americana de Comercio de México (AmCham), según el cual una porción de 31% de las 330 empresas encuestadas manifiestó sentirse más segura frente al fenómeno delictivo.
Sin embargo, la mayoría de quienes dijeron esto, 83%, lo atribuyó a las medidas aplicadas en su propia organización. Lo anterior contrasta con el 17% que adjudicó su percepción de mayor seguridad a los esfuerzos de las autoridades.
Una tercera parte de las empresas encuestadas por la Amcham aseguró que destina menos de 2% de su presupuesto anual de operación a la seguridad; otra tercera parte destina entre 2% y 10%; mientras que un segmento de 6% gasta más de 10% de su presupuesto en seguridad.
Selección de personal minuciosa
Frente a delitos como robo de mercancías, asalto a transporte, asalto al personal, hasta secuestro y extorsiones, los planes de manejo de crisis que emplean las empresas incluyen cambios de hoteles, de vehículos y logísticas de viajes, refiere Marisol Ochoa.
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Asimismo, la experta refiere que las empresas -sobre todo las grandes de capital extranjero- han impulsado mejoras en los procesos de contratación de personal, lo que significa que aumentaron los filtros para determinar si un empleado es confiable o no en aras de evitar a gente infiltrada en actividades ilegales que afecte la seguridad empresarial.
“Antes solo se hacían entrevistas de reclutamiento y ahora el estudio y seguimiento para contratar a alguien puede tardar hasta un año y medio o dos”, comenta Ochoa.
Con base en datos oficiales, la experta también detalla que 56% de las empresas mexicanas destina recursos para la compra de servicios de seguridad como sistemas de circuito privado, protección cibernética y vigilantes privados para las instalaciones físicas.
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Asimismo, 28% de las compañías cuentan con planes de protección ejecutiva, los cuales incluyen desde análisis de riesgos en caso de secuestros, hasta el uso de hoteles blindados y líneas directas de emergencia, comenta Ochoa.
Actualización constante
En opinión de la experta, un factor que le ha costado entender al país y a las empresas es la importancia de actualizar las estrategias de seguridad.
“Las medidas de prevención y reacción no pueden ser estáticas y, si se concentran en un territorio, debe entenderse que las situaciones cambian en ese lugar y en consecuencia es preciso mover las tácticas de seguridad”, dice.
“Los análisis móviles de criminalidad local posibilitan diagnosticar los riesgos en los territorios y los posibles escenarios a los cuales una empresa se enfrentará a corto y mediano plazo”, de ahí la importancia de que el sector productivo esté permanentemente informado, concluye Marisol Ochoa.
