El envejecimiento poblacional beneficiará la producción local de vacunas
Nota del editor: Este texto lo puedes consultar en la edición 265 de la revista Manufactura, Adiós al empleo como lo conocemos, correspondiente a febrero de 2018.
Solo faltan 32 años para que 25% de la población mexicana rebase los 60 años, una etapa de la vida en la que el sistema inmunitario se ve amenazado por virus de influenza, neumonía, herpes zóster —virus de la varicela—y enfermedades como la tosferina.
Además de ser mortales —sin la debida atención—, estos padecimientos se previenen con vacunas, pero su producción recae en laboratorios fuera del país y casi todo el suministro está en manos de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), empresa propiedad mayoritariamente estatal “que desarrolla, produce y comercializa vacunas y antivenenos”, según indica en su sitio web.
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El sector público consume 95% de las vacunas en México, unos 129.1 millones de dosis, de acuerdo con la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA). Del total, Birmex suministra 82%, según su presentación en el Segundo Congreso Internacional para la Acreditación en el Sector Salud en agosto de 2017. Para atender los requerimientos del sistema de salud, vende productos de empresas como GSK, Novartis, Merck Sharp & Dohme (MSD) y Pfizer, que provienen de otras latitudes, como las vacunas contra la varicela Varivax III, que MSD fabrica en Pensilvania, Estados Unidos, y Okavax, fabricada por la Universidad de Osaka en Japón para Sanofi.
GSK vende en México Fluarix, una vacuna contra la influenza que fabrica en Dresde, Alemania, pero no existen planes para una producción local, explica Yolanda Cervantes, directora de investigación, desarrollo clínico y asuntos médicos de vacunas de la empresa.
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“En este momento no hay una conversación respecto a instalar una planta de vacunas en México; depende más de que las autoridades estén interesadas”, menciona.
Ese fue el caso de Sanofi Pasteur que inauguró, en 2010, su planta en Ocoyoacac, Estado de México, con una capacidad productiva de 30 millones de dosis para la influenza estacional, y de hasta 90 millones en caso de pandemia, como ocurrió en 2009 y que motivó su construcción. Fabrica el antígeno vacunal y realiza control de calidad, pero el artículo terminado —formulación, llenado y empacado—se hace en la filial de Francia, respondió por escrito el laboratorio.
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La inversión fue de 1,725 millones de pesos, monto superior al presupuesto de 2017 del Instituto Nacional de Cancerología. “Tener todas las operaciones [en la planta] requeriría aproximadamente de 250 a 300 millones de euros”, agrega.
“Desarrollar vacunas es algo complejo. Es una cuestión económica y quien pone el dinero pone de alguna manera, el riesgo”, comenta Alejandro Macías, encargado de microbiología y enfermedades infecciosas de la Universidad de Guanajuato. Además, los estándares para su desarrollo dificultan aún más su producción. “Le estamos poniendo fases como si fueran medicamentos y al menor efecto colateral se sacan del mercado”. De tal suerte que para los laboratorios es cada vez más difícil producirlas, “eso puede costar miles de millones de dólares”.
Tiempo al tiempo
Pero la demanda que se prevé en México con el cambio demográfico incentivará las oportunidades de negocio. “La curva de la población está cambiando… la expectativa de vida es más alta y con ello los requerimientos de prevención”, señala Cervantes de GSK.
De acuerdo con el Inegi la esperanza de vida será de 81 años para 2050, lo que implicará un mayor nivel de compromiso del sistema de salud. “El plan de vacunación para niños es muy completo, pero falta más atención para adultos mayores”, menciona Alejandro Cané, jefe de asuntos médicos y científicos de Pfizer para América Latina.
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El herpes zóster y la tosferina no forman parte de la cartilla nacional de salud del adulto mayor, mientras que el ISSSTE tiene una vacuna antineumocócica que combate 23 serotipos. En el mercado privado, Pfizer tiene una vacuna contra el neumococo llamada PCV13 que fabrica junto con Sinergium Biotech, en Garín, en la provincia de Buenos Aires. Combate 13 serotipos pero según sus pruebas es más efectiva.
De momento, la misión de los laboratorios es asegurar el abasto que requieren grupos vulnerables, independientemente del esquema por el que accedan a ellas. Cané adelantó que Pfizer participará con PCV13 en las licitaciones públicas de 2018.
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Macías, de la Universidad de Guanajuato, no descarta la construcción de plantas para fabricar vacunas en México “en un plazo intermedio” dada la brecha en la protección de adultos mayores con el esquema infantil y la expectativa de vida de la población. Además, tener una producción local abarataría costos reconoce Sanofi Pasteur. “Es más caro importarlas por los costos logísticos en cadena fría”. (Por Liliana Corona)