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Bangladesh se enfrenta a una disyuntiva: máquinas o trabajo

A media que la automatización perfecciona la confección de ropa acaba con los empleos.
lun 02 abril 2018 10:17 AM
industria textil
industria textil - (Foto: iStock)

En la fábrica Mohammadi Fashion Sweaters de la capital de Bangladesh, docenas de trabajadores ven como 173 máquinas fabricadas en Alemania tejen suéteres negros para el extranjero.

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Ocasionalmente, los trabajadores intervienen para programar los diseños o limpiar las máquinas. Eso constituye un gran cambio con respecto de algunos años, cuando cientos de empleados permanecían de pie en las estaciones de tricotado manual hasta durante 10 horas diarias, refiere un reporte del diario Dow Jones.

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Los propietarios de Mohammadi comenzaron a eliminar gradualmente dicho trabajo en 2012 y, el año pasado, el proceso de tricotado se automatizó por completo.

"No tiene sentido que nos alentemos” y no automaticemos, dijo Rubana Huq, directora general de Mohammadi Group, que fabrica suéteres para H&M, Zara y otras marcas occidentales. Sus fábricas han reemplazado a 500 trabajadores con máquinas.

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La industria del vestido, a diferencia de los automóviles o la electrónica, parecía estar protegida de la automatización. Las telas son muy difíciles de manipular, lo que significa que las diestras manos humanas a menudo son mejores que las máquinas.

Pero los costos laborales han aumentado, hasta en los países en vías de desarrollo. La tecnología avanza cada vez más, al grado de  que las máquinas pueden hacer tareas difíciles, como manipular tejidos flexibles, coser bolsillos y unir presillas a los pantalones.

Todo eso cambia drásticamente la economía de la industria del vestido, que durante mucho tiempo fue el primer peldaño de la escala económica para los países más pobres, especialmente de Asia. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2016 predijo que algunas naciones asiáticas podrán perder más de 80% de sus trabajos de confección, textiles y prendas de vestir a medida que se extiende la automatización.

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“Me preocupan los países en desarrollo, están en la mira de esta revolución de la automatización” a medida que los robots dominan tareas repetitivas algunas vez dominadas por las naciones pobres, dijo Erik Brynjolfsson, director de Initiative on the Digital Economy del MIT.

Los patrones se ‘envalentonan’ ante los obreros

De 2013 hasta mediados de 2016, las exportaciones anuales de prendas de vestir de Bangladesh aumentaron 19.5%, informa el principal organismo de la industria de la confección de ese país. Al tiempo que los empleos en el sector de la confección aumentaron 4.5% en el mismo período, según las estadísticas del gobierno.

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Este crecimiento de la industria del vestido en ese país se debe al uso de nueva tecnología, lo que implica crear algunos empleos pero no tantos como antes.

La automatización de la industria del vestido ofrece muchas ventajas, por supuesto, especialmente en los países más ricos. Al aumentar la eficiencia, las nuevas tecnologías ayudan a mantener bajos los precios al consumidor de los pantalones de mezclilla y otros productos de “moda pasajera”.

Softwear Automation —una firma con sede en Atlanta que desarrolla herramientas automatizadas para fábricas de indumentaria— dice que sus “sewbots” se usarán el próximo año en una fábrica en Little Rock, Arkansas, operada por el productor chino de prendas de vestir Tinyuan Garments.

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Adidas abrió recientemente las plantas de producción de calzado "Speedfactory" en Alemania y Atlanta, diseñadas para usar tecnología computarizada de tejido en lugar de ejércitos de trabajadores de bajo costo.

En Bangladesh, Nazma Akter, un líder sindical, dijo que los ahorros de la automatización han envalentonado a los propietarios de las fábricas para resistir las demandas de los trabajadores.

En una reciente disputa laboral, agregó, los dueños de las fábricas dejaron en claro a los trabajadores que, si no aceptaban los planes de la gerencia, simplemente automatizarán los empleos.

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“Las fábricas que antes tenían 300 trabajadores ahora podrán tener solo 100”, dijo Akter, quien preside Sommilito Garments Sramik Federation.

Los productores de ropa más grandes del país dicen que no tienen otra opción que automatizar a medida que se intensifican las presiones sobre los costos.

Una solución sería que Bangladesh diversificara su economía más allá de las prendas de vestir, para que su mano de obra manufacturera no fuera tan vulnerable a los cambios tecnológicos. Otros países han seguido exitosamente ese camino.

Solo hay un problema: la mayoría de las alternativas más arriba en la cadena de valor, como la electrónica, también se están automatizando.

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