Las razones detrás de los aranceles de EU al acero y al aluminio
Nota del editor: Marco A. Morales es Investigador Afiliado al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Su cuenta de Twitter es @marco_morales . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
La Casa Blanca anunció que impondrá aranceles a las importaciones de acero y aluminio de México, Canadá y la Unión Europea a partir de este viernes.
El anuncio es consistente con los discursos que el presidente estadounidense Donald Trump ha pronunciado en los últimos días, en los que destaca que los trabajadores estadounidenses de estos sectores han sufrido por las condiciones adversas que imponen los acuerdos comerciales vigentes.
Leer: Industriales advierten escalada de precios por los aranceles al acero
A continuación, expondré tres consideraciones para dimensionar las consecuencias de esta decisión.
1. Los efectos de los aranceles
Esta medida suena en el discurso como la reacción natural para proteger a los trabajadores estadounidenses, pero en la realidad diaria del estadounidense promedio implica dos consecuencias negativas.
Leer: EU se prepara para aplicar aranceles al acero de México y Canadá
Por un lado, un aumento gradual de precios en bienes de consumo; por ejemplo, el aumento de los precios de refrescos enlatados por el incremento de precio del aluminio. Por otro, un incremento en los costos de producción que afecta a las pequeñas y medianas empresas que tendrán que despedir trabajadores para mantenerse a flote.
De hecho, algunos de estos efectos comienzan ya a sentirse en la economía por los aranceles que impuso Estados Unidos a China hace un par de meses.
México y Canadá, por lo pronto, han anunciado que impondrán aranceles a varios productos estadounidenses en respuesta a la decisión.
Recomendamos: EU abrió la guerra del acero y el aluminio
2. La renegociación del TLCAN
La interpretación más generalizada de la imposición de estos aranceles es que representa una medida de presión adicional para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La negociación se encuentra ahora en un impasse debido a la falta de flexibilidad de los negociadores estadounidenses que buscan imponer —no negociar— sus condiciones.
Leer: Alacero rechaza los aranceles de EU sobre el acero
La realidad es que, con el reloj en contra por las elecciones intermedias que se avecinan, Estados Unidos tiene mucha más urgencia que México o Canadá en sacar un acuerdo a cualquier costo.
La sobriedad de las posiciones del equipo negociador de la Secretaría de Economía de México abona a generar presión sobre Estados Unidos.
3. La reordenación de la visión económica en la Casa Blanca
En una arista más política, continúa la guerra interna en la Casa Blanca por imponer definitivamente una visión macroeconómica para el país.
Leer: El aumento de costos al aluminio y al acero ya perjudica a estas empresas
Por un lado están los nacionalistas que buscan cerrar la economía como el representante Comercial, Robert Lightheizer, y el Asesor Comercial, Peter Navarro. Por el otro, los globalistas que pretenden ampliar la integración comercial de Estados Unidos, como el asesor económico Gary Cohn.
Los bandazos de la política comercial estadounidense obedecen, en gran medida, al peso que ganan o pierden estos bandos.
Leer: México responderá igual si EU aplica aranceles al acero y al aluminio
La apuesta de la Casa Blanca al imponer estos aranceles tiene un tiempo de vida limitado. Si nada más cambia, la presión por eliminarlos crecerá conforme incrementen los costos en los bolsillos de los estadounidenses que se vuelven un costo político al acercarse noviembre, cuando acudirán a la urnas a premiar o castigar a sus representantes.