La aquamación, un nuevo proceso químico para la disposición de cadáveres
La industria química es la base de diversas ramas industriales como la alimenticia, con los conservadores y edulcorantes artificiales, o como la de autopartes con la creación de nuevos polímeros para el desarrollo de piezas más resistentes y más ligeras.
Sin embargo, la químia también está ligada a ramas de actividad menos atractivas, como la disposición final de cadáveres.
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Prestadores de servicios funerarios de México y del mundo han optado por la innovación de su portafolio con la incorporación de procesos distintos a la cremación o inhumación de personas que perdieron la vida.
Uno de ellos es la hidrólisis alcalina, un proceso químico en agua que incorpora el hidróxido de potasio o potasa cáustica (como también se le conoce) y el hidróxido o hidrato de sodio, mejor conocido como sosa cáustica.
Es un proceso con base en agua y altas temperaturas, a través del cual los restos humanos se reducen a cenizas. Además genera un menor impacto ambiental, comentan Carlos Lukac, director general de Grupo Gayosso, y Oscar Chávez, director de Planeación y Nuevos Negocios de la misma empresa, la cual presta este servicio a partir de noviembre de 2018.
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La hidrólisis alcalina “utiliza 90% menos de energía que la cremación tradicional y emite 160 veces menos partículas finas al ambiente”, asegura en entrevista Oscar Chávez.
Equipo especializado
A nivel global, la técnica es conocida como bio-cremación. El proceso se realiza en maquinaria especializada que imita la hidrólisis alcalina, un proceso que ocurre de forma natural cuando un cuerpo inicia su descomposición, la cual puede durar décadas.
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Una de ellas es el Resomator S750, que fabrica la compañía con nombre muy similar con sede en Escocia. Maquinaria como esta reduce el proceso de años a cuestión de horas.
La mezcla que resulta de la aquamación o biocremación se seca y se tritura para entregar a la familia “cenizas blancas”, menciona Chávez, al comentar que Gayosso invirtió unos 10 millones de pesos (mdp) en el equipo.
Máquina de aquamación / Foto: Cortesía de Grupo Gayosso.
La hidrólisis alcalina acelera la descomposición de restos a cinco horas respecto a los días que puede tomar un proceso con base en agua y temperaturas elevadas.
Este procedimiento fue desarrollado en Canadá. Actualmente lo usan países como Estados Unidos y Australia.
'Ligero' pendiente
Chávez agregó que en Canadá alrededor de 6% del mercado ya usa este proceso, mientras que en Estados Unidos la participación es de 3%. En México, la expectativa es que el uso de la aquamación penetre a 2% del mercado en los próximos tres o cuatro años. Las primeras ciudades que dispondrán del proceso son Monterrey y Tijuana.
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“Es una alternativa que sin duda marcará la tendencia en el sector funerario en México por sus múltiples beneficios y su mínimo impacto en el medio ambiente“, agregó por separado Carlos Lukac.
Chávez añade que al ser un proceso novedoso aún no existe una norma que vigile estrictamente su uso; sin embargo, la empresa ya trabaja con la Secretaría de Salud y las autoridades ambientales para establecer reglas claras sobre su implementación.
“El dispositivo requiere menos instalación y menos cosas que la cremación, porque sólo es alimentación y salida de agua. El proceso al final arroja agua con PH equivalente a agua jabonosa, entonces no tiene grandes complicaciones para el vaciarse en el drenaje”, concluyó el ejecutivo.