La fábrica del futuro es ahora.
Las fábricas del futuro se han materializado gracias al Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés). Al contrario de lo que se pensaba, los robots no han desplazado a las personas de los centros de trabajo; sino que, gracias al poder de los datos, las máquinas y los empleados se complementan para una mejor toma de decisiones.
De hecho, las líneas de ensamblaje tampoco han cambiado mucho en su aspecto, pues la tecnología software y hardware de Bosch Rexroth hace posible que las fábricas existentes den un gran salto hacia el futuro, solo montando una red para la interconexión de todos sus sistemas de producción.
De tal suerte que las máquinas que realizan sus tareas de manera eficiente, incluso después de décadas de uso, ahora pueden integrarse a un entorno que emplea el análisis de datos en tiempo real.
Dicho desarrollo permite vincular la infraestructura que ya tiene la fábrica, utilizando el Rexroth IoT Gateway, un controlador compacto de código abierto y un paquete de sensores micromecánicos de Bosch. Las soluciones de software de la marca permiten el acceso directo a los datos en sistemas de control más antiguos, sin necesidad de una reprogramación.
Además, la instalación de esta innovación es sencilla y se hace en unas pocas horas, a diferencia de un controlador lógico programable (PLC) tradicional, que exige hasta una semana de trabajo.
Para Bosch Rexroth no existe mejor forma de demostrar la eficacia de su tecnología que emplearla en su propia planta de producción. Por ello, la que está ubicada en Lohr am Main, Alemania, se han convertido en el mejor ejemplo de cómo unas instalaciones existentes evolucionan a una fábrica del futuro.
"Hemos conectado en red al departamento completo de fabricación con todas las máquinas nuevas y antiguas. En total son más de 2,000 dispositivos vinculados a nuestros sistemas de TI", señaló Mark Leverköhne, jefe de Funciones Técnicas en Wombach.
El ejecutivo de la empresa compartió que el objetivo fue crear una fábrica estable y robusta, en donde las fallas fueran mínimas y existiera una mejora continua. "Supervisamos todos los dispositivos en vivo, cuando hay fallas el departamento de mantenimiento recibe un mensaje inmediato”, detalló.
Gracias a la introducción gradual de las innovaciones, en pasos pequeños y manejables, los trabajadores pudieron configurar el desarrollo de la fábrica del futuro. Esto fue posible –acotó Leverköhne– ya que el enfoque no está en monitorear a los empleados, sino en apoyarlos.