Con información del Acuerdo Global de Comportamiento Superior de Energía (GSEP por sus siglas en inglés), las plantas industriales y los edificios comerciales consumen el 30% y el 9% de la energía total de sus negocios respectivamente.
Haciendo cambios en el manejo de energía, estas instalaciones pueden alcanzar importantes logros en eficiencia energética obteniendo ahorros del 10% al 40% en el consumo energético.
Mucho se ha hablado del doble reto que implica a las organizaciones llevar a cabo prácticas amigables con el ambiente que a la vez no comprometan los intereses de negocio, lo que hace que las prácticas de sustentabilidad para la industria se encuentren comprometidas en la mayoría de los casos. La implementación de sistemas de eficiencia energética provoca dos acciones directas positivas que logran romper con esta controversia: la primera, reduce directamente costos por la disminución en el consumo energético y la segunda, logra que la empresa disminuya su impacto ambiental.
De acuerdo a normas internacionales, la encomienda de reducir al máximo el consumo de energía sin afectar su productividad empresarial, puede optimizarse mediante la implementación de un Sistema de Gestión Energética. Este proceso busca primeramente contar con información del consumo energético, observando equipos y actividades de producción o servicios para conocer los gastos energéticos particulares. Asimismo, requiere el desarrollo de un Sistema de Gestión con claras metas de reducción de consumos en un periodo de tiempo determinado mediante el desarrollo de proyectos de eficiencia energética.
Genera un Sistema de Gestión de Energía en tu empresa.
Cambios que no requieren gastos importantes como educar al personal en la naturaleza de losconsumos eléctricos y el impacto de "pequeñas" acciones como desconectar equipos de trabajo al final del día impactan hasta en un 8% en el ahorro energético. Otras acciones que requieren hacer cambios técnicos con mayor inversión (como el reemplazo de equipos de bombeo, refrigeración, o equipos especializados) cubren su retorno de inversión en periodos entre 5 y 7 años dependiendo de la naturaleza del equipo e industria. Estas acciones forman parte del Sistema de Gestión de la Energía que buscamos impulsar en la industria mexicana.
A partir del diagnóstico energético de una compañía se pueden desarrollar las acciones que se traducirán en proyectos que reducirán los consumos energéticos. Otras acciones técnicas que hacen posible la reducción de consumo de energía a través de un sistema de gestión, son:
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Optimizar energía en los procesos
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Recuperar calores residuales
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Usar la ventilación natural
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Usar instalaciones en climatización o acondicionamiento térmico
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Mejorar la gestión de las flotas de transporte, observando tipos y calidades de combustible e impulsando programas para compartir viajes y optimizar los procesos de transporte
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Mejorar instalaciones de iluminación artificial y eléctrica en general
Toda organización interesada en la implementación de un Sistema de Gestión Energética se sugiere se base en el ISO 50001, ya que esta regulación voluntaria internacional creada en el marco de los Sistemas de Gestión, cuenta con un capítulo específico relativo a la energía consumida en un proceso. Para obtener una certificación en la mencionada norma, el aplicante debe cubrir varias etapas que inician con la determinación de la línea base, continúa con el diseño e implementación del Sistema de Gestión para posteriormente desarrollar auditorías internas y de certificación con empresas acreditadas para otorgar este tipo de servicio que darán cabida a la expedición del certificado en ISO 50001. Asimismo, la renovación de este certificado se realiza después de 3 años de acuerdo a los estatutos de la mencionada norma.
TÜV Rheinland apoya a las empresas e industria tanto en la elaboración de Diagnósticos Energéticos como en la elaboración e implementación de Sistemas de Gestión Energética. Asimismo y solo en los casos donde no hemos desarrollado el SGE, actuamos como casa de certificación para el ISO 50001.
Al implementar un Sistema de Gestión de la Energía certificarse como energéticamente eficiente, las compañías ven reflejados en su operación beneficios que van desde implementar procesos de mejora continua, conocer el panorama general de las fuentes de energía utilizadas y su proporción, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), realizar procesos de optimización sistemáticos y definidos, asegurar su conformidad con su política energética, mejorar su imagen corporativa, así como reducir costos en consumo energético y conseguir ahorros con un buen retorno de inversión (ROI).
Sigue tu huella de carbono
Proyecciones del Foro Humanitario Global destacan que para el año 2030, el cambio climático afectará a 600 millones de personas, será responsable al menos de 500 mil muertes anuales e implicará un costo económico de $300 mil millones de dólares.
Otra inquietud empresarial incluida en las políticas ambientales y de Responsabilidad Social Corporativa, es la huella de carbono. La huella de Carbono ya sea de un producto o de las actividades corporativas, es un indicador de impacto ambiental que mide todos los GEI que se producen a lo largo de la cadena de suministros de una organización, o por una actividad determinada.
El proceso de cálculo de huella de carbono es la base para la certificación de una organización como una Empresa Neutral en Emisiones de Carbono, sustentada por la norma ISO 14064 y permite a una empresa analizar sus diversas fuentes de emisión y participar en iniciativas internacionales que buscan reducir los contaminantes en un contexto global.
Esta certificación le da a las compañías ventajas cómo reducir costos operativos, identificar oportunidades rentables para reducir emisiones, brindar un valor agregado a sus clientes y tener mayor transparencia en sus procesos en un marco de actividades de sustentabilidad reales.
Sin duda, más allá del doble reto de reducir al máximo el consumo de energía sin afectar la productividad empresarial, destaca la problemática del cambio climático que puede ser resuelta, en gran medida, con los estándares internacionales acerca del tema.
Por Danae Díaz, gerente de Servicios Ambientales TÜV Rheinland México