La Planta de Termovalorización de la CDMX tiene un futuro incierto
El plan para instalar en la Ciudad de México una planta que convierte la basura en energía eléctrica tiene los días contados. Al menos, eso es lo que ha prometido la jefa de gobierno electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
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El principal argumento para echar atrás la construcción del proyecto, que buscaba procesar un tercio de la basura producida en la ciudad (4,500 toneladas diarias de residuos) para generar electricidad para el metro, es el endeudamiento en el que tiene que incurrir el gobierno, quien debería pagar a Veolia —la empresa ganadora en la licitación— alrededor de 3,000 millones de pesos (mdp) anuales por 30 años.
Veolia dice que seguirá avanzando en este proyecto, el cual "no genera deuda para la Ciudad de México. La inversión para el diseño, construcción y puesta en marcha de la planta de termovalorización —que se ha denominado como El Sarape—, así como todos los gastos para la operación y mantenimiento de esta, serán realizados por el consorcio encabezado por Veolia, por lo que la ciudad no pagará monto alguno hasta que sean entregados a la red eléctrica nacional, los 965,000 megawatts (MW) hora al año establecidos por contrato”.
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El costo que al final pagará la ciudad se compensará en el mediano plazo o al menos así está planteado el proyecto. De construirse la planta, la ciudad pagará menos de lo que gasta en los servicios de suministro de energía eléctrica para toda la red del Metro y para el procesamiento de los residuos urbanos, por los que desembolsa alrededor de 4,000 mdp al año.
Por ejemplo, para otorgar el servicio de transporte público, el Metro consume 965,000 MW hora al año, cuyo costo asciende a 1,973 mdp anuales.
Además, actualmente el gobierno envía la basura a los rellenos sanitarios privados y públicos que se encuentran a las afueras de la ciudad, lo que le cuesta alrededor de 2,000 mdp. Con la gestión de los residuos en la planta proyectada, ya no se gastaría ese dinero.
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“Lo que estructuró el gobierno de la CDMX es este proyecto de prestación de servicios para contratar a una empresa (Veolia) para prestar el servicio de energía eléctrica y procesamiento de los residuos urbanos, de tal manera que el costo de la prestación de estos servicios fuera igual o menor que lo que hoy en día le cuesta”, explicó Federico Casares, director de desarrollo de Negocios y Relaciones Institucionales de Veolia México.
Incluso, en el proceso de licitación, una vez presentada la propuesta económica por Veolia, la Ciudad de México pidió un ajuste y se hicieron dos descuentos en la oferta final, destacó Casares.
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Varios especialistas en materia ambiental, como Carlos Álvarez, presidente de la asociación México, Comunicación y Ambiente, y Luis Tovar, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), aplauden este proyecto, no solo por lo económico, sino por la solución que representa para las 12,000 toneladas diarias —1.5 kilos por habitante— de desechos que se generan en la ciudad.