Trato fiscal de EU, riesgo y anzuelo para mexicanas
Las empresas manufactureras de origen mexicano en Estados Unidos enfrentan un escenario incierto ante las políticas fiscales que puede emprender el nuevo gobierno de Donald Trump.
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Una de las situaciones que puede presentarse en los próximos meses es que las compañías enfrenten dificultades para repatriar capitales a sus filiales o accionistas en México.
Lo anterior, porque en Estados Unidos se ha hablado de crear un impuesto a la repatriación de capitales, de manera similar a lo que se ha mencionado sobre tasar el envío de remesas, que son una fuente importante de recursos para México, refiere en entrevista Oscar Silva, socio líder de Global Strategy de la empresa consultora KPMG en México.
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El martes pasado el presidente Enrique Peña Nieto anunció un decreto para estimular el regreso de capitales no declarados que estén en el extranjero, el cual ofrecerá un impuesto preferente por seis meses.
La medida establece una tasa de repatriación de 8% a aquellos residentes en el país que mantienen capitales en el exterior, muy por debajo de las vigentes de 30% y 35% para personas morales y personas físicas, respectivamente.
Mercado de la nostalgia, el gancho
“Puede estar en riesgo el regreso de capitales a México, pero en KPMG vemos esto poco probable porque es mayor el volumen que regresan las empresas desde acá a Estados Unidos”, acota Silva.
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Las empresas mexicanas con operaciones en Estados Unidos tienen un atractivo mercado de más de 300 millones de consumidores, que incluyen a los 36.9 millones de personas de origen mexicano que radican en ese país, de las cuales 12.2 millones son migrantes y que conforman el llamado “mercado de nostalgia”, comenta en entrevista Mauricio Millán, socio de la firma Consultores Internacionales.
“Su nivel de consumo ha permitido que compañías como Gruma, Bimbo y Cemex, entre otras, tengan ganancias importantes en territorio estadounidense, inclusive con un ritmo superior al que tienen en México”, agrega Millán.
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El negocio de la tortilla en Estados Unidos es altamente atractivo para Gruma, ya que 60% de sus ventas provienen de ese país al alcanzar 29,115 millones de pesos (mdp), con corte a septiembre de 2016, comenta el experto.
En el caso de Bimbo, las ventas en Norteamérica crecieron 17.5% en el tercer trimestre del año pasado, al sumar 98,254 mdp, que representan 54% de sus ingresos totales.
En tanto que Cemex informa que sus ingresos en Estados Unidos —al tercer trimestre de 2016— alcanzan 3,022 mdd, que son equivalentes a 28% de sus ventas totales y que superan el total obtenido en ventas en México, destaca el consultor.
Gravar a México es gravar a EU
“Hay mucho en juego en la relación de México con Estados Unidos. Si bien las empresas mexicanas han realizado una buena estrategia de inversión, también es cierto que se pueden ver afectadas por políticas proteccionistas y medidas fiscales”, resume Millán, quien sin embargo destaca que el tipo de cambio en este momento juega a favor de los productos mexicanos.
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Sobre la amenaza de aplicar un impuesto por ajuste fronterizo (Border Adjustment tax), de hasta 35% sobre los productos importados, aún no se ha detallado si será para bienes de consumo, intermedios o de capital.
Pero lo que no deja lugar a dudas es que si Estados Unidos cancela el TLCAN o incrementa los aranceles a los productos mexicanos que se exportan para allá, se provocarán distorsiones en los costos de operación de las empresas a ambos lados.
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“Gravar las exportaciones de México hacia Estados Unidos será gravar también las exportaciones de Estados Unidos a México”, hace ver Juan Manuel Chaparro, presidente de Fomento Industrial de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).
Ni tan malo
Pero no todo son malas noticias para las mexicanas que operan en territorio norteamericano.
“Las empresas Gruma, Bimbo, Cemex y Pemex, entre otras que han instalado parte de su infraestructura y negocios en Estados Unidos, pueden beneficiarse de la reducción de impuestos y facilidades tributarias y operativas que el nuevo presidente de Estados Unidos también ha prometido a las compañías que se queden produciendo en el país”, advierte Juan Manuel Chaparro.
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La rebaja del Impuesto de Sociedades es una de las grandes promesas de Trump al sector privado.
“En la actualidad ese impuesto asciende a un promedio de 35%, pero puede ser mayor en algunos estados. El presidente prometió durante su campaña electoral bajarlo a 15%; es decir, 20 puntos porcentuales menos”, comenta Chaparro.
Otra de las promesas del republicano fue simplificar el esquema tributario y reducir el tipo marginal máximo del Impuesto Sobre la Renta, desde 39.6% hasta 33%.
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Asimismo, “se tiene prevista una propuesta para compensar a los exportadores estadounidenses por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que otros países imponen a su mercancía y para el que no existe una contraparte en Estados Unidos, además de deducciones fiscales a productores y sectores exportadores”, lo cual también puede servir a las empresas extranjeras, refiere Millán.