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Mexicano lleva el hidrógeno del go-kart a las plantas de alimentos

Usar hidrógeno a bajo costo en la industria alimentaria, es posible con este sistema mexicano.
jue 23 febrero 2017 11:15 AM
herdez
herdez - (Foto: Especial)

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en la  edición 253 de la revista Manufactura , 'Las industrias que emergen', correspondiente a diciembre de 2016.

(Manufactura) — Raúl González cursaba en 2012 el segundo semestre de Ingeniería Mecatrónica cuando participó en el Electratón, un campeonato organizado por la Industria Nacional de Autopartes en el que jóvenes universitarios arman y corren go-karts eléctricos. "Ahí empezó todo", cuenta el tapatío de 23 años.

Su idea era ir más allá y crear su propia competencia pero con motores de hidrógeno y pilotos profesionales, con el fin de incentivar la investigación y su consumo como combustible en México, ya que no genera emisiones contaminantes y tiene alto potencial para ser producido de manera casera. Sin embargo, aún es caro.

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Tras un intento fallido de aliarse con dos especialistas que le doblaban la edad, González pausó el proyecto. Pero encontró en Juan Manuel Ávila —un ingeniero químico interesado en la producción del gas a pequeña escala— una forma de utilizar el hidrógeno en las plantas de alimentos. En octubre de 2013, fundaron Hydrosolver. "Vimos que la tecnología aplicada al auto la podíamos usar en esta industria", comenta Ávila, director de Tecnología. La compañía diseña, desarrolla y comercializa un generador de 1.2 m³ con el que el hidrógeno transforma aceites vegetales en grasas, usada como conservadores.

Quaker y Sello Rojo son sus únicos clientes, además de una pequeña planta al sur de Estados Unidos que depende de la primera.

La máquina, llamada Hydropower, es un hidrolizador al que se le induce agua filtrada y, está conectado a la corriente eléctrica, rompe las moléculas y genera hidrógeno para ser almacenado a grandes presiones. "La industria alimentaria usa este gas para alcanzar altas temperaturas en un proceso de hidropirólisis. Cuando el hidrógeno entra en contacto con los aceites, los convierte en grasas", explica el emprendedor.

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Otras compañías de producción y venta de hidrógeno, como la noruega Hydro y la estadounidense Praxair, lo crean a bajo costo, pero la transportación, exportación e impuestos terminan por elevar el precio final. Hydrosolver instala las máquinas en las empresas para abaratar e impulsar su uso.

Hoy, tiene 10 instaladas en cinco plantas y no cobran por ellas, sino por el ahorro en costos de producción y compra de hidrógeno. Por equipo, son 200,000 dólares anuales, de los que la empresa recibe 45%. "Es un modelo por arrendamiento en el que todos ganamos a largo plazo", señala González. En 2015 facturaron 900,000 dólares.

Con ello financiarán su segunda división de negocio: la energía doméstica. González espera algún día hacer realidad la Fórmula H, su campeonato de autos, pero primero, las casas. “Hacia allá va la tendencia”, añade.

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