Residuos vegetales para una industria limpia
Nota del editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 254 de la revista Manufactura, Tendencias de la nueva economía industrial, correspondiente a febrero de 2017.
(Manufactura) — Una investigación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) señala que tanto la cáscara de tuna como el tallo de brócoli, en forma de carbones activados, pueden eliminar los componentes tóxicos de las aguas residuales que emanan de las operaciones industriales.
De acuerdo con la doctora en ciencias químicas de la Facultad de Ingeniería de la BUAP, Alejandra Peláez Cid, ambos vegetales tienen la capacidad de eliminar 99% del colorante vertido en efluentes textiles.
Esta innovación, primera en su tipo en el mundo, es rentable desde el punto de vista económico y ambiental dado que aprovecha residuos vegetales. Su costo estima únicamente el traslado de la materia prima hasta el sitio para transformarla en carbón mediante procesos químicos. Posteriormente los carbones se lavan y secan para luego tritularlos.
Lee: Nestlé y Holcim convierten basura en combustible
En uno de los procesos de filtrado industrial los carbones son empaquetados en columnas por las cuales el agua fluye a una determinada velocidad, y así lograr la filtración de elementos tóxicos. En un proceso estático, los carbones son incorporados al depósito de agua residual y permanecen inmersos cierto tiempo según la cantidad de contaminantes. Más tarde son removidos del agua, la cual puede volver a utilizarse.
Lee: Goldcorp, bajo sospecha de contaminar el ambiente
En Hidalgo, la técnica ya logró resultados exitosos en la industria metalúrgica, al alcanzar una remoción de 80 a 90% de partículas de cromo y plomo, sustancias altamente tóxicas y que pueden producir cáncer cuando se está expuesto a ellas.