Sería un error acabar con el TLCAN, advierte Cargill
En caso de que terminara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sería un “muy grande error” que podría desatar una “guerra comercial” en Norteamérica y afectar a millones de empleos en Estados Unidos, advirtió David MacLennan, presidente de Cargill, considerada la mayor empresa privada de Estados Unidos.
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En coincidencia con el inicio de la segunda ronda de negociaciones del TLCAN, que se realiza en México, MacLennan se declaró preocupado por la retórica negativa contra el acuerdo, aunque se dijo optimista de que el presidente Donald Trump terminará por valorar la importancia del Tratado.
“Destruir el acuerdo o despedazarlo, en nuestra opinión, sería un muy grande error”, dijo en entrevista.
Las verdaderas metas
MacLennan señaló que la meta de las negociaciones del TLCAN debe ser modernizar el acuerdo, expandir los mercados y preservar el capítulo 19 de resolución de controversias, en lugar de enfocarse exclusivamente en el asunto de los déficits comerciales.
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“Nuestro punto de vista es mantengámoslo abierto, ha sido exitoso y si empiezas a ponerle restricciones, se vuelve más burocrático”, consideró el empresario.
“Además se ha demostrado históricamente que los países que comercian juntos, que tienen acuerdos comerciales, es menos probable que tengan conflictos militares y sociales; y no estoy sugiriendo que eso sea una posibilidad entre Estados Unidos, México y Canadá”, argumentó el presidente de Cargill para reforzar sus palabras.
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Antes de la entrada en vigor del TLCAN, el comercio agrícola en Norteamérica ascendía a unos 9,000 millones de dólares (mdd), pero a raíz del acuerdo se ha cuadruplicado a unos 39,000 mdd.
No nos conviene enemistarnos
MacLennan sostuvo que Estados Unidos debe entender que sus socios comerciales son inteligentes y que buscarán alternativas, un “Plan B” en caso de que la administración Trump decida salir del acuerdo.
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“En la medida en que México y Canadá busquen otros socios comerciales, que no sean Estados Unidos, eso será perjudicial para la economía estadunidense, tanto en manufactura y agricultura, y para los empleos estadunidenses”, indicó.
Con base en Minneapolis (Minnesota) desde 1865, Cargill es la empresa privada más grande de Estados Unidos, con ingresos por más de 107,200 mdd en los sectores agrícolas, alimentario, bebidas, acero, transporte y servicios financieros.
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Ante este volumen de negocio, MacLennan consideró que la eventual terminación del TLCAN podría afectar hasta 10% de los ingresos anuales de Cargill, pero consideró que el impacto sería mayor para los 15 millones de empleos estadunidenses que dependen del acuerdo, además de que no se descartaría una guerra comercial.
Un valor político y económico
Sobre los cambios o ajustes que son factibles de hacer al TLCAN para reforzarlo, MacLennan comentó que su empresa está interesada en la modernización de los estándares fitosanitarios alimentarios y animales para evitar que cuando se presenten interrupciones económicas haya demoras en la reanudación del comercio.
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A pesar de la retórica contra el TLCAN en su país, MacLennan dijo inclinarse por la visión optimista de que Trump entiende la importancia no sólo económica sino política del acuerdo y que, tanto funcionarios cercanos a Trump como legisladores, presionarán por alcanzar un acuerdo de ganar-ganar-ganar.
“En lo medular, (Trump) es un empresario y entiende el comercio y la economía, y entiende que el sector agrícola fue su partidario (en la campaña presidencial) y entiende los beneficios de los empleos que vienen del libre comercio”, concluyó el empresario.