Así le ha ido al sector industrial en el Gobierno de Peña Nieto
En el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, la actividad industrial del país —que incluye manufactura, minería, generación de electricidad, gas y agua y construcción— estuvo presionada por diferentes factores, entre los que figuró la caída en la producción local de petróleo —en 2017 la plataforma se ubicó por debajo de dos millones de barriles diarios lo que no sucedía en 30 años— y el desplome de los precios internacionales de crudo —hasta llegar a 26 dólares por barril—.
También influyó el débil dinamismo de la economía estadounidense, que implicó una menor demanda de bienes manufacturados.
En el presente sexenio, la actividad industrial ha reportado un crecimiento promedio anual de 0.63%, dato por debajo del 1.36% observado en el gobierno del presidente Vicente Fox Quesada pero ligeramente superior al 0.43% del periodo de Felipe Calderón Hinojosa.
A excepción de 2013 y 2018, la Inversión Extranjera Directa (IED) que ha ingresado al sector industrial se ha mantenido estable, en alrededor de 20,000 millones de dólares (mdd) al año. En el primer año de Peña Nieto, el flujo de capitales fue impulsado por la compra de Grupo Modelo —a cargo de la empresa belga AB Inbev, por 13,249 mdd—, lo que contribuyó para que en 2013, México haya alcanzado el mayor monto de IED total de su historia reciente —lo que incluye servicios— por 48,501 mdd.
Sin embargo, la caída que observa el indicador en 2018 se debe a la incertidumbre que genera la revisón del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se traduce en suspensión y retraso de proyectos.
La caída de la plataforma de producción de petróleo, así como de los precios internacionales de crudo provocaron que las exportaciones petroleras cayeran; el peor año fue 2015, con un desplome de 45.48%. No obstante, el auge de la industria automotriz permitió compensar el efecto, por lo que el balance final de las exportaciones del sector industrial se ha mantenido apenas en terreno positivo.
A pesar de que la inversión pública acumuló cuatro años a la baja —de 2014 a 2017—, la industria de la construcción mantuvo una tasa positiva en la generación de empleo en el presente sexenio, compensado por los proyectos del sector privado. Asimismo, la industria manufacturera ha aumentado su fuerza de trabajo, ante las perspectivas favorables de industrias como la automotriz y la de alimentos y bebidas; pero como ocurre con el resto de la economía, los empleos creados también se dividen entre puestos temporales y puestos permanentes.