La técnica más común del robo de combustible
Los ladrones de combustible llamados 'huachicoleros'son el vivo ejemplo de lo que sigifica la expresión popular 'jugar con fuego'.
El campo de actuación de estos infractores se ubica en algún punto de la red de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que se extiende en el país a lo largo de más de 14,000 kilómetros. En cada toma ilegal, la combinación de una chispa de las soldaduras con los residuos de gasolina o diésel puede ser letal.
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Las cifras oficiales refieren que en 2016 se alcanzó una récord de 6,873 tomas clandestinas de combustibles, lo que evidencia que este ilícto es cada vez más frecuente. Rubén Salazar, director general de la empresa consultora Etellekt, advierte que “si no se detiene la 'ordeña', las personas van a ir tomando más riesgos sin medir su seguridad”.
Salazar -cuya empresa ofrece servicios de asesoría en materia de políticas públicas- comenta que tiende a ser común la utilización de técnicas más rudimentarias al momento de querer “ordeñar” los ductos de Pemex.
Rubén Salazar explica en entrevista cómo se hace típicamente el proceso. En primer lugar se debe contar con información interna de Pemex para conocer la ubicación geográfica de los ductos y saber cuándo esta infraestructura no transportará combustible, porque de esa forma es más seguro habilitar la toma clandestina.
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Postriormente se procede a perforar el ducto en la sección que está inoperativa con un taladro llamado 'tapping machine'.
Dicho equipo tiene la particularidad de no producir chispas al momento de penetrar el ducto, con lo cual se trata de evitar cualquier explosión. “Es un taladrito que lo que hace es perforar poco a poco el ducto”, cuenta Salazar.
Siempre habrá chispas
Luego se utilizan abrazaderas comunes y corrientes, así como los tubos o niples que se sueldan a los ductos y sus respectivas válvulas para de ahí extraer el combustible.
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"Soldar el niple es la segunda fase más riesgosa. Allí se emplean equipos de soldadura comunes, así que siempre va a haber chispas”, comenta Rubén Salazar.
El diámetro de la perforación está entre una pulgada y una pulgada y media. Finalmente, se instala la manguera de la cual saldrá el combustible para pasarla al sistema de almacenamiento que se emplee, que puede ser desde bidones, pipas y hasta cubetas.
“Es una técnica que (las bandas de robo de combustible) lograron adquirir por su contacto con trabajadores de Pemex, que son quienes conocen esta situación. No dudamos que empleen otro tipo de taladros de uso personal”, comenta el consultor.
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Asimismo, Salazar advierte que uno de los riesgos que existe con el crecimiento del fenómeno de la'ordeña' de combustibles es que no todas las personas cuenten con equipos especiales, no estén plenamente familiarizadas con las técnicas y mucho menos cuenten con la información interna de Pemex sobre cuándo no pasará el combustible por el ducto.
Todo esto aumenta el riesgo de las explosiones y de las consecuencias fatales para la población y el medio ambiente.
Se solicitó información a Pemex y a la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo Nacional), pero rehusaron ofrecer comentarios.
Foto: Cuartoscuro.