Como la basura, el CO2 también se puede reutilizar
El dióxido de carbono (CO2) producido por la actividad humana es uno de los gases que más contaminan a la atmósfera; sin embargo, México se une a diferentes iniciativas del mundo que tratan de buscarle un uso positivo a esas emisiones contaminantes.
Ana Sofía Varela Gasque, investigadora del departamento de Fisicoquímica del Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene la convicción de que es posible aprovechar el CO2 para atender necesidades específicas del sector industrial.
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Su propuesta consiste en convertir a ese gas en compuestos a base de carbono, que a su vez puedan ser usados como insumos para la industria química o bien como combustibles.
“La idea es usar energía eléctrica, de preferencia energía renovable, para realizar procesos químicos que nos ayuden a transformar el CO2 en compuestos útiles”, refiere Ana Sofía Varela, entrevistada en el texto del Día Internacional de la Mujer.
Desde hace ocho años, la investigadora estudia las reacciones químicas y los materiales que requiere la conversión del CO2, esto es identificar la forma más eficiente de transformar el gas en otros productos como los combustibles a base de carbono.
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“Utilizamos dos materiales conductores de electricidad, luego burbujeas C02 en agua, dejas pasar una corriente eléctrica que facilite el burbujeo y este proceso es lo que convierte (al gas) en otro compuesto”, refiere Varela Gasque, quien fue una de las ganadoras de la beca L’Oréal-UNESCO-Conacyt 2017, que promueve el trabajo de las mujeres en la ciencia.
El nombre de esta técnica de trabajo se llama electroquímica y la idea principal de esta investigación consiste en crear un sistema que convierta eficientemente el C02 en un producto de mayor valor y al mismo tiempo que sea funcional para las industrias altamente contaminantes.
Industria limpia
“Por ejemplo, en México tenemos la industria cementera, que siempre va a estar generado C02. Entonces lo que nosotros queremos es capturarlo y ahí mismo transformarlo en un producto que se pueda utilizar, como sería gas metano, que es el gas que conocemos como gas natural”, explica la científica.
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El desarrollo del sistema de transformación aún está en la etapa de ciencia básica y para llevarlo al mercado puede tardar hasta 10 años.
La contribución de esta investigación no solo consiste en reducir el volumen de CO2 en el medioambiental, sino también en utilizar de forma más intensiva la energía renovable, como la fotovoltaica o la eólica.
“La importancia de realizar esta transformación a través de energías limpias, permite que ya no solo la estamos aplicando para un uso doméstico, también las aprovechamos para la industria y al mismo tiempo reducimos la concentraciones de CO2 en el ambiente”, refiere Ana Sofía Varela.
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La científica recuerda que, en el caso de las tecnologías renovables, habrá puntos durante el día en los que la producción eléctrica sea mayor a la demanda, lo que da lugar a excedentes ociosos. “Y la idea es no desperdiciarla, hay que utilizarla para reacciones químicas”.
