Con o sin impuesto, nos gusta el refresco
La venta de refrescos representa en promedio 30% de las ventas diarias de la tienda “Bety”, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, y cada que se incrementa su costo, las personas reducen su consumo hasta en 50%, aseguró la dueña del negocio, Beatriz Hernández.
En los últimos días de agosto, se ha desatado una polémica entre las industrias refresqueras y azucareras, frente a las organizaciones civiles en pro de una alimentación sana, luego que la senadora Marcela Torres promoviera una iniciativa para establecer un impuesto al refresco de 20%, como medida para reducir su consumo e incrementar los recursos para el combate a la obesidad.
Los empresarios señalaron que un nuevo impuesto al refresco a partir del próximo año, elevaría la carga fiscal del sector en cerca de 40 por ciento y afectaría a más de tres millones y medio de empleos en diversos partes de su cadena productiva; en especial al pequeño comerciante como generador del autoempleo.
El director general de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, Emilio Herrera, dijo en conferencia que en el país hay cerca de un millón 500 mil puntos de venta con 900 mil pequeños comerciantes, para los cuales el refresco representa entre 25 y 30 por ciento de sus ventas totales.
En México, estas bebidas que alcanzan un valor de producción de 350 mil millones de pesos, cerca de 2.3% del Producto Interno Bruto.
Mientras que la caña de azúcar se cultiva en 227 municipios de 15 estados, cuenta con 122 centros de producción, 415 bodegas para distribución en las que diariamente 20 mil 513 camiones atienden 51 mil 283 rutas de venta, describieron la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, la Confederación Nacional Campesina y la Unión Nacional de Cañeros.
En contraparte organizaciones civiles como la Alianza por la Salud Alimentaria han lanzado campañas para impulsar el proyecto de gravar los refrescos para reducir su consumo y que el gobierno obtenga recursos para el combate de la obesidad y los padecimientos, que genera como la diabetes.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Obesidad 79% de la población consume refrescos u otras bebidas azucaradas embotelladas en México, detalla que 39% de las personas con obesidad y 29% de personas con sobrepeso consumen diariamente bebidas azucaradas.
El Instituto Nacional de Salud Pública, puntualiza que en promedio los mexicanos toman 163 litros de refrescos al año, colocando al país como uno de sus principales consumidores a nivel mundial.
El Saxo Bank indicó que en la última década el mercado de refrescos ha presentado tasas de crecimiento superiores al PIB nacional.
Para combatir esa tendencia, la consultora Dinamia indicó, en una encuesta levantada entre el 19 y el 23 de julio pasado, que 70% de la población manifiesta estar de acuerdo en que se ponga un impuesto al refresco del 20%, que sería un monto de 1.5 pesos en promedio por envase.
