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Loreto: pura fuente de vida

La mirada de un aventurero, más allá de los hoteles multiestrellas y la comida gourmet
jue 10 julio 2014 04:06 PM
Bah�a de Loreto
Bah�a de Loreto - (Foto: Flickr)

El Parque Nacional Bahía de Loreto se encuentra ubicado en el Golfo de California, en las costas del Municipio de Loreto, frente a la Sierra la Giganta. En su mayoría de ambiente marino, incluye las islas Coronados, Carmen, Danzante, Montserrat y Santa Catalina (o Catalana) y diversos islotes. En total, abarca una superficie de 206,580 hectáreas de las cuales, las islas e islotes comprenden 11.9 %.

Aquí está escrita la historia de la alta y la baja California, entre montañas y un mar azul profundo, un paraíso lleno de leyendas e historias. Aquí se fundó la capital de las Californias; desde este lugar, Fray Junípero Serra comenzó la expedición que lo llevara a fundar las misiones de la Alta California, comenzando aquí en la Misión de Nuestra Señora de Loreto y finalizando en la Misión de San Francisco de Asís, en San Francisco, California.

A mar abierto

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Nuestro viaje a este destino consistía en aventurarse un día entero en mar abierto. El escenario se constituía de kilómetros de inmensidad líquida y, a lo lejos, las montañas, la parte desértica, las islas que rodean Loreto, paisajes trazados con la pericia de la naturaleza.

Nos guían el capitán Walter y su inseparable Millie –una regordeta pug–. Walter, un viejo navegante de 60 años que trabaja para Wild Loreto desde hace 10 años (la empresa especializada en viajes de aventura, esnórquel y buceo en Loreto), me contó las historias más fascinantes y conmovedoras acerca de encuentros con mamíferos en altamar, como la vez que Millie hizo contacto con una ballena gris, o la vez que presenciaron una cacería salvaje entre tiburones y delfines. Nos detuvimos a practicar esnórquel en la isla Coronado, Del Carmen y Danzante, pasamos por Monserrat, Santa Catalina y varios islotes.

En el trayecto de una hora, ya habíamos visto una espectacular carrera, como hordas salvajes, de tres especies de delfines (pintados, nariz de botella y listado), el avistamiento de un pez vela –el más rápido en el océano–, así como ballenas piloto, orcas y el famoso bobo pata azul –una especie que sólo puede ser vista en Loreto e Islas Galápagos.

Los delfines surcaban las aguas, brincaban entre las olas, pasaban de un lado a otro debajo de nosotros en armoniosa sincronía.

Santuario acuático

Loreto se encuentra en el centro de una región rica en biodiversidad. Alberga 1,400 especies de peces y una cuarta parte de todas las especies marinas del mundo. Sus aguas han sido un santuario para cientos de ballenas (azul, ballena de aleta, rorcual tropical, ballena jorobada, cachalote); también hay corales blandos, langostas, caracoles y tortugas marinas.

Todo bajo un cielo que es surcado por pelícanos y gaviotas.

Es una celebración de vida la que puede apreciarse en Loreto. En las inmersiones acuáticas, dirigidos por Carlos Reverte, especialista en biodiversidad terrestre y acuática de Wild Loreto, atestiguamos cómo los peces no tienen líder y, sin embargo, se mueven en formaciones perfectas. Cada pez es perfectamente consciente de la presencia de sus vecinos, y respeta su distancia. Esta autoorganización les permite cazar como cardumen y aumenta las probabilidades de hallar una rica zona de alimentación. El primero que encuentra algo, puede guiar a los demás con un simple movimiento.

En ocasiones, este viaje es interrumpido por tierra. Aquí en Loreto, la tierra apareció con el retroceso del océano hace 2,000 millones de años. Estas colinas de piedra caliza emergieron del fondo del mar.

Durante el recorrido por una montaña nos enseñan prácticas de supervivencia: a buscar refugio, agua y alimento si es necesario, al igual que reconocer las plantas medicinales amazónicas o plantas maestras, como las conocen los curanderos o chamanes, como el Piri piri (Cyperus articulatus), oportuno para la mordedura de serpientes.

En esta aguas y estas tierras, presa y depredador conviven de cerca. Cada instante de vida es un acto de supervivencia. La cadena alimentaria es una estructura piramidal.

Al final del día, con el techo del mundo tan negro como la boca de un lobo, bajo la vía láctea y ese otro océano estelar sobre nosotros, ante miles de millones de años de evolución, está el viajero a Loreto, un destino para todos aquellos que gusten de la belleza marina y de una aventura un tanto agreste en un sueño acuático al norte del país.

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Loreto Peralta
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