Emprendedores estratégicos con el mezcal
Son considerados los líderes del mercado del mezcal en México. A los gemelos Gustavo y Jaime Muñoz, dueños de la empresa mezcalera Los Danzantes, no les interesa ser los más grandes ni los más ricos de la industria del mezcal. Quieren convertirse en los más influyentes a través de su destilería, sus bebidas y sus restaurantes, para defender la tradición y las raíces de México.
Los hermanos recibieron una Mención Honorífica por parte del jurado de la edición 2014 de Emprendedores del Año de CNN Expansión y de revista Expansión , en la categoría Más de 3 años de Ventas. También se otorgó una Mención en la categoría Menos de 3 años y correspondió a la tecnológica Sferea.
El grupo Los Danzantes tiene cinco restaurantes, una destilería, una comercializadora -que distribuye Alipús, el mezcal de nueve productores oaxaqueños- y una tienda de mezcales, puros y vinos.
Los empeños
Gustavo Muñoz llegó puntual a la cita de mediodía con el gerente de La Galvia, un restaurante que estaba en Polanco, en el Distrito Federal, en 1998. Tres horas más tarde, un empleado le dijo: “No te va a poder recibir, que vengas otro día”. Dejó unas muestras de su mezcal Los Danzantes y partió.
Regresó por tres días consecutivos. Hasta que consiguió que lo recibieran. Sabía que el mezcal estaba estigmatizado como una bebida de mala calidad para clases sociales de bajos recursos.
Tres años antes, Gustavo había fundado con “su socio de vida” -como llama a su gemelo Jaime- el restaurante Los Danzantes, en Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México. Ahí descubrieron su gusto por el mezcal y lo convirtieron en la bebida de la casa.
Para satisfacer la demanda interna de su negocio, en 1996 los Muñoz compraron una destilería artesanal en Oaxaca. “Por muchos años estuvo subsidiada. Diario, un porcentaje de las ventas de los restaurantes se iba a la destilería”, explica Jaime.
El consejo recurrente entre su familia, amigos y socios era enfocarse al negocio principal. Incluso, cuentan que su padre les decía: “Lo que no da, no es negocio. No sirve para nada”. Pero el mezcal significaba mucho más para los hermanos. Era su filosofía de vida: defender la tradición y las raíces de México.
Hoy, 17 años después, la división creció 180 veces al pasar de vender 600 botellas en 1997 a 108,000 en 2013. Genera 30% de los ingresos. También exporta 40% de su producción a Estados Unidos y Europa.
En Estados Unidos, comenta Gustavo, un cliente aumentó sus pedidos 300%. El futuro luce prometedor.