Yara, el productor de fertilizantes de origen noruego, inauguró su nueva planta de procesamiento en Altamira, en Tamaulipas, que requirió una inversión de unos 300 millones de pesos, entre 12 y 15 millones de dólares.
Se trata de una remodelación de su planta con capacidad menor y se suma a las otras cuatro que la compañía tiene en el país. Dos ubicadas en Minatitlán y dos más del lado del pacífico: en Topolobampo, en Sinaloa y en Manzanillo, en Colima.
La nueva planta tiene una nave principal de 10,600 metros cuadrados, está edificada en un terreno de 2.5 hectáreas y contribuirá a la generación de 40 empleos directos y otros 30 en temporada alta que comienza en abril.
El complejo complementará la matriz de suministro a las regiones del Bajío y la Laguna, además de Tamaulipas, Coahuila, San Luis Potosí y hacia el norte de Veracruz, refirió Gianni Canetti, director general y country manager de la firma noruega en México.
Mencionó que la apertura refuerza el compromiso de la compañía por ser un socio estratégico para hacer de la producción agrícola una actividad sostenible “impulsar a emprendedores y fomentar la economía del país”.
Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, recordó que la recuperación económica y el aumento poblacional conlleva un doble reto para los agricultores: aumentar la productividad y hacerlo de forma sostenible.
“Para el 2050 la población mundial será casi de 10,000 millones de habitantes y tendremos que aumentar la producción de alimentos en al menos un 60%... Tenemos que aumentar la producción por unidad de superficie y por metro cúbico de agua, lo que solo será posible a través de la tecnología y los nutrientes necesarios”, mencionó a través de un videomensaje.