Alstom y gobierno francés analizan cómo salvar una planta
Alstom, el fabricante francés de los trenes de alta velocidad TGV, informó que mantenía contacto con el gobierno de Francia para platicar sobre su controvertido plan de cerrar una planta en el noreste de ese país, por lo que no tomará ninguna decisión al respecto hasta que las conversaciones hayan terminado.
El presidente del grupo, Henri Popuart-Lafarge, había dicho que intentaba seguir adelante con el plan de cierre de las instalaciones de Belfort, el cual provocó un furor político cuando se anunció la semana pasada. El gobierno nacional posee una participación de 20% en la empresa.
Ninguna decisión se tomará hasta que las pláticas concluyan, dijo la compañía en un comunicado y retomado por Reuters.
"Todos los días luchamos por Alstom"
En una entrevista por televisión, el primer ministro francés, Manuel Valls, aceptó que se conocía de las debilidades que presenta la planta de Belfort, pero que el método de la empresa le parecía inaceptable.
A la pregunta de si el gobierno podía salvar a la empresa, el político respondió: “debemos, todo los días luchamos por Alstom para ganar contratos, especialmente a nivel europeo y en otras regiones. No pueden tomar decisiones de esta forma”.
Esta polémica entre empresa y gobierno se desató hace unos días, cuando el fabricante de trenes informó que iba a detener su producción en Belfort para transferir sus actividades a una planta en Riechshoffen, en el este de Francia, hacia finales de 2018.
Lo anterior, porque la fábrica de Belfort se iba a enfocar en mantenimiento y reparaciones.
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