Sector aeronáutico adolece de especialistas
Nota del Editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 248 de la revista Manufactura, Especial ingenierías: de la maquila a la innovación, correspondiente a julio de 2016.
Jatziri Barrios es queretana, se graduó como ingeniera en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) e, inspirada en su padre, se interesó desde joven en las turbinas de gas.
Más adelante, Barrios tomó un diplomado en aeronáutica en Alemania y trabajó durante un año en una planta industrial.
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A su regreso a México encontró un puesto como ingeniera de calidad en el naciente clúster aeronáutico de Querétaro, donde ya se habían instalado Bombardier y Safran, entre otras firmas internacionales.
Al cabo de esa preparación sintió que estaba lista para integrarse a la empresa familiar, Especialistas en Turbopartes (ETU), y propuso diversificarla hacia el sector aeroespacial, un trabajo al que contribuyó TechBA, una aceleradora de empresas tecnológicas patrocinada por la Fundación México Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC) y la Secretaría de Economía.
ETU Aeroespacial inició operaciones en 2010 con una celda de manufactura dedicada al procesamiento de turbopartes y otros componentes para la aviación, con máquinas de control numérico y una certificación para la norma AS 9100.
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Ahora, en 2016, la división cuenta con ocho ingenieros y 10 técnicos especializados y se ha ganado una merecida reputación en la fabricación de componentes de aluminio y titanio para los motores y trenes de aterrizaje de los aviones Boeing 737, 767, 777 y Airbus A380.
La carrera de Jatziri Barrios, aunque inusual, muestra el complejo camino que deben transitar quienes trabajan en la industria aeroespacial.
“Todavía resulta difícil encontrar y desarrollar el personal necesario para nuestro crecimiento —explica a Manufactura—. Un aspecto básico es comprender el concepto ‘cero errores’, que es clave en el sector aeronáutico. En nuestro negocio, además, debemos combatir prácticas usuales en otras industrias, donde es tolerable dejar pasar algunos errores para evitar regaños o situaciones delicadas. Puesto que la calidad es crítica, esto resulta lo más difícil de cambiar cuando el personal ha trabajado en otros sectores”, refiere Jatziri Barrios.
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Aunque no hay cifras exactas, la industria aeroespacial ya ocupa entre 45,000 y 48,000 trabajadores en más de 300 plantas e instalaciones ubicadas en el centro y el norte del país.
Este sector, que ha crecido a un promedio anual de 16% durante la última década, demanda cada año entre 5,000 a 6,000 nuevos colaboradores. No es gente que se pueda reclutar con anuncios en los periódicos y los industriales revelan que existe un faltante de talento humano no cuantificado, pero considerable, porque a la mayoría de los candidatos les falta experiencia, dominio de idiomas y certificaciones internacionales.
Una industria que necesita de la gente
Luis Lizcano, director General de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia), advierte que la falta de capital humano con el adecuado nivel y tipo de especialización puede ser el principal freno para el pleno desarrollo de esta industria mexicana, que comenzó su ascenso hace unos 15 años.
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Quizá esta demanda no satisfecha explica que los salarios sean hasta 20% más altos que sus equivalentes en otras industrias. Los entrevistados coinciden en que, aun así, hay faltantes y los recursos humanos son escasos.
El directivo de Femia añade que la demanda de personal será constante, porque el sector sigue una ruta ascendente. Si se considera un crecimiento anual promedio de 16% en los últimos 12 años, como ya se dijo se requieren de 5,000 a 6,000 trabajadores, entre técnicos básicos, especialistas e ingenieros de manufactura, materiales y calidad.
Una porción bastante opaca de esta industria, de la que poco se sabe, es la que se refiere a proyectos militares y de defensa, que también se desarrollan en plantas mexicanas, pero sobre los que raramente se informa. Es otra fuente de demanda laboral y que presiona a sus competidores en la aviación comercial.
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Lizcano asegura que, al cierre de 2015, las exportaciones del sector sumaron casi 7,000 millones de dólares (mdd), con un superávit de 1,000 mdd, lo que coloca a México como el sexto exportador de partes hacia Estados Unidos y uno de los proveedores con mejor ritmo de avance en el mundo. Y no sólo cuenta el clúster aeroespacial de Querétaro, sino también los de Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Sonora.