Producir sin fábricas, el reto de los emprendedores

Nota del editor: El artículo completo lo puedes consultar en la edición 260 de la revista Manufactura, El líder ideal, correspondiente a agosto de 2016.
(Manufactura) — Luego de idear proyectos disruptivos, los emprendedores enfrentan el reto de fabricarlos, por lo que para materializar sus ideas, ha incrementado el número de alianzas estratégicas con empresarios manufactureros.
Los especialistas aseguran que hay una tendencia de tercerizar la producción que es liderada, principalmente, por emprendimientos de alta tecnología y de base científica que requieren máquinas especializadas, pero carecen del capital suficiente para instalar su propia planta.
Lee: Los Emprendedores 2016 de Grupo Expansión
Esto crea mayor diversidad en las dinámicas de trabajo. "Hay quien pide a los maquiladores que les monten la maquinaria en sus propias instalaciones, para producir en casa con equipo y personal del aliado", dice Mauricio Enríquez, director comercial de la compañía de láminas de polialuminio Ecolam.
La mejor fase para externalizar la producción es cuando se está verificando que hay un mercado dispuesto a pagar por el producto. Cuando el emprendedor está en la etapa de validación es vital que reduzca los costos al mínimo y tercerizar la producción es una forma de hacerlo, señala Mario Romero, director de la incubadora de negocios Start-up México.
Esto no significa desatender la producción. Control de calidad, protección de la propiedad intelectual, formalidad de tiempos, desarrollo de la relación con el proveedor y control del flujo de caja son algunos de los aspectos que hay que considerar durante la tercerización.
Lee: La invasión de las máquinas extranjeras
A pesar de ello, el directivo de Endeavor asegura que tercerizar es un recurso que no debería desaprovecharse, pues tratar de hacer todo 'en casa' durante una etapa temprana puede llevar a que los emprendedores nunca saquen su producto al mercado o tarden en hacerlo porque requieren una fuerte inversión.
La hora de invertir en maquinaria para escalar la producción llega con el mercado validado.