Te presentamos a Zegacola, un refresco artesanal creado en Oaxaca
Zegacola, un jarabe de Cola hecho artesanalmente en Oaxaca, tiene una producción muy pequeña: una caja de 24 recipientes de 250 mililitros al mes.
Sin embargo, la bebida ganó popularidad a raíz de que el restaurante de comida oaxaqueña Los Danzantes publicara, a inicios de marzo en su cuenta de Facebook, que iba a dejar de vender Coca-Cola para apoyar a productos locales como este.
Esta medida impulsó la demanda de Zegacola. “Antes de esta buena racha, una caja nos duraba una quincena y, en los últimos 15 días, se han vendido cinco cajas y ocho litros”, comenta Lizeth Vázquez, administradora de la iniciativa Proyecto Zegache, la cual es realizada por la comunidad de Santa Ana Zegache.
Leer: Coca-Cola producirá en Japón su 1a bebida con alcohol
La fórmula, que produce el matrimonio Antonio Ambrosio Salvador y Eufemia Cruz Benito, está compuesta de varios aceites —de naranja, lima, limón, nuez moscada, cilantro y lavanda—, de goma arábiga y cafeína.
“Son ingredientes más naturales y menos dañinos. Al momento que es industrializado y es en mayor masa, tienen más químicos. Nuestro jarabe te dura seis años, ya abierto y refrigerado. Como es natural, no le pasa nada, es como la miel”, destaca Vázquez.
Los fabricantes importan muchos de los ingredientes de Europa, como la goma arábiga, porque en México no existen, lo que aumenta sus costos. Ahora, la empresa busca apoyo para tener más alcance y volumen de producción.
Recomendamos: Los refrescos bajos en calorías intentan reinventarse
“Para algún emprendedor, es una muy buena oportunidad asociarse con ellos, ya que es muy difícil que el productor pueda salir a comercializar al mercado, por lo que necesita de alguien que dé la visión empresarial y comercial”, comenta Jaime Muñoz, propietario de Los Danzantes, el restaurante que también tiene su marca de mezcal.
Los Danzantes apoyó a Zegacola al registrar su marca en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y revisar la lista de valores nutricionales de la bebida.
“Nosotros buscamos apoyar a las economías regionales y creemos que tenemos que recuperar la cultura que teníamos. En Oaxaca, todas estas grandes empresas llegaron con la ilusión de progreso y ese progreso se ha vuelto fatal. Las personas ya no toman agua de sabor y tienen problemas gravísimos de diabetes por el consumo de estos refrescos industriales. Tratamos de aportar salud a nuestros comensales”, agrega Muñoz.
Te interesa: 12 empresas de alimentos firman carta compromiso por la salud
En México, el gobierno federal aplica, desde 2014, un impuesto de 1 peso por litro a las bebidas azucaradas, con el propóisto de recaudar dinero para programas de salud que ayuden a reducir el riesgo de obesidad y diabetes entre la población.
Norteamérica y Sudamérica son las regiones que consumen más refrescos gaseosos per cápita en el mundo. Por lo tanto, es un mercado regional atractivo para consolidar operaciones de gran escala, opina Andres Musalem, analista de investigación en Euromonitor Internacional.