La educación dual puede evitar el desempleo ante el cambio tecnológico
La educación dual puede convertirse en un aliado de los gobiernos y de las empresas para evitar el desplazamiento de la fuerza de trabajo con el avance de la automatización en las empresas manufactureras.
Así lo manifestó Hiromichi Katamaya, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco), en el Foro Internacional de Educación Dual y Responsabilidad Corporativa, organizado por Audi México y la Unesco México, y que se realizó desde el miércoles de esta semana en la planta de Audi en San José Chiapa, Puebla.
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“Existe una incertidumbre en la predicción de cómo las nuevas tecnologías afectarán a los trabajos. (…) De acuerdo con cifras del Banco Mundial, hay una gran variación en los trabajos debido a la automatización”, aseguró el experto citado por un comunicado del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
Ante la audiencia, que acudió a las conferencias del encuentro hasta la clausura el día de hoy, Katamaya aseguró que la educación dual “provee de las habilidades laborales que lleven a una calificación reconocida, combinando la enseñanza en el espacio laboral en una forma estructural”.
En este sentido, dicho modelo de aprendizaje puede hacer una contribución a la mejora del capital humano y social, al desarrollo económico y a generar empleos para grupos en desventaja, sobre todo con la llegada de la industria 4.0 y las tecnologías que de ella se derivan, refirió Katamaya.
Sin embargo, el experto hizo ver que la aplicación de este modelo educativo no es sencilla en el contexto latinoamericano —México incluido—, ya que deben considerarse las características de cada sociedad.
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Katamaya admitió que el riesgo que plantea la educación dual es la formación de personal capacitado para laborar únicamente en empresas trasnacionales, en lugar de que los jóvenes estudiantes puedan convertirse en emprendedores y sus propios jefes.
En América Latina, entre 65% y 70% de la plata laboral corresponde a personas asalariadas, cuando en el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 80%.
“Hay que pensar (sobre) el tipo de aprendizaje laboral que podemos darles a los trabajadores no asalariados, (que son) más de 30%” en América Latina, dijo Katamaya.
Una vez que cada país tenga claro cuáles es la realidad de su mercado laboral y de las necesidades de su población, entonces podrá diseñar el modelo de educación dual más adecuado.
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“Tenemos que entender el contexto antes de introducir las prácticas a nivel de preparatoria y licenciatura (…) El contexto del oficio, de las industrias, así como de la disponibilidad de oportunidades de entrenamiento laboral en cada país. Tenemos que considerar el contexto nacional”, afirmó el experto citado por el comunicado.