Estados Unidos ya ratificó el T-MEC, ¿y ahora qué sigue?
¡Por fin! El Congreso de Estados Unidos ya ratificó el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sin embargo, antes de echar las campanas al vuelo es bueno recordar que aún falta que los legisladores del país de la hoja de maple aprueben el pacto comercial (que se espera que sea en febrero) para ahora sí, entrar en una fase más compleja y decisiva que determinará el futuro del sustituto del TLCAN.
Es verdad que T-MEC abona a la certidumbre, sin embargo, realizar las adecuaciones necesarias para su implementación representa retos para cada país participante, señalaron especialistas consultados por Expansión.
Es importante subrayar que, como lo ha reconocido tanto el gobierno, como empresarios y analistas mexicanos, el T-MEC no será la solución a los problemas internos, aunque es mejor tener este acuerdo que estar sin él.
“Siempre, a pesar de que no es la panacea, para México es mejor tener un T-MEC a no tenerlo”, señaló Aribel Contreras, académica de la Universidad Iberoamericana.
“En ese sentido esperamos que se detenga la caída de la inversión y que se estén contabilizando estos buenos efectos del T-MEC”, dijo por su parte Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex Casa de Bolsa.
Retos para la región
Entre los retos para la los tres socios comerciales destaca el lograr una mejor integración y, así, ser más competitivos. Otro tiene que ver con crear un instrumento capaz de brindar información eficaz de monitoreo para la revisión del T-MEC cada seis años.
"El principal objetivo es que los países se integren mejor y que (sus economías) sean más competitivas de lo que individualmente ya son. Estados Unidos no ha podido entender que nos necesita más que nunca para poder enfrentarse a estos retos de comercio mundial, específicamente con China”, explicó Aribel Contreras.
“Para el 2024 estará más fuerte India. Corea del Sur estará mucho más atento al continente americano y la Unión Europea ha hecho un gran labor para acercarse a Canadá, a México y al resto del continente”, agregó.
Es posible que una vez que el presidente Donald Trump termine su gestión, posiblemente hasta el 2024-, concluya la política proteccionista en Estados Unidos, todo dependerá de quien sea el próximo inquilino en la Casa Blanca.
“Canadá y México van a tener que hacer mucha labor como contrapesos para que, el que quede en 2024, no salga con este modelo ‘neoproteccionista’, que así lo llamo yo, unilateralista y de cómo México y Canadá vendan esta visión de que es mejor ir en bloque que solo”, señaló la académica de la UIA.
Otro reto importante tiene que ver con las reglas de origen, las cuales están descritas en las regulaciones uniformes, así como el nombramiento de los panelistas ya sea para temas comerciales o laborales.
“Entender las reglas de origen de autos es un tema complejo. Se tiene que acordar entre los tres países y se tiene que aprobar”, sostuvo Moisés Kalach, quien encabeza el llamado Cuarto de Junto.
“La reglamentación uniforme hay que desarrollarla, acordarla y luego ejecutarla y echarla a andar. Dentro de todas esas leyes, la más importante es la parte laboral”, agregó en conferencia de prensa.
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Un reto más, este más par México y Canadá tiene que ver con evitar que la situación política de Estados Unidos –que tendrá elecciones presidenciales en noviembre de este año-, no contamine la parte comercial.
¿Y México?
La parte laboral y las reglas de origen en el sector automotriz serán los principales puntos de atención para México.
“El reto número uno para México es todo lo relacionado con la industria automotriz. Ahí tiene que ver con el tema del acero y con toda la complejidad de las reglas de origen, estipuladas de manera clara y específica en el T-MEC”, dijo Aribel Contreras. Para la académica Estados Unidos “endureció” las reglas de origen debido al déficit que tiene con México.
“México tendrá que trabajar por sectores al interior para poder hacer frente al T-MEC. La Secretaría de Economía tendrá que iniciar con más foros sectoriales para capacitar a empresarios de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), también a los grandes sectores para sortear juntos estos desafíos”, subrayó.
“El acuerdo da confianza al proceso y a los actores económicos de nuestro país, pero no es suficiente para resolver los temas de crecimiento. Tenemos que dedicarnos a promover y darle más seguridad a la inversión y, realmente, buscar la inversión para que venga a nuestro país”, agregó Moisés Kalach.
El sector privado ha hecho un llamado al gobierno a formar grupos de trabajo multidisciplinarios para que se atienda y se dé seguimiento al tema laboral.
“Estamos proponiendo al gobierno mexicano, a través de Carlos Salazar, presidente del CCE, formar equipos interdisciplinarios de trabajo. También hemos ido al Congreso mexicano para proponer que se le dé seguimiento a este proyecto porque es un proyecto que cruza en la implentación laboral donde tienen que estar todos los actores –patrones, trabajadores, sindicatos, el gobierno mexicano y sindicatos- y si no se ejecuta bien, podría afectar la competitividad”, sostuvo.
¿Cuándo se terminará el impacto del T-MEC?
Los beneficios en el bolsillo de los mexicanos no llegarán en el corto plazo y ello dependerá de que llegue una mayor inversión y se genere más empleo.
Mientras Jessica Roldán espera que el impacto del acuerdo comercial llegue el próximo año, Aribel Contreras señala que esto se dará de aquí a cinco años.
“Tal vez hacia finales del año veamos un impulso en la parte de la inversión, en la medida en que toda esta incertidumbre se haya desvanecido, pero para llegar al consumidor final tardaría un poco más”, explicó Roldán, de Finamex Casa de Bolsa.
La inclusión de los nuevos capítulos de Comercio Digital, Anticorrupción, Pequeñas y Medianas empresas, uno más para Energía, así como otro dedicado a la Competencia Económica, hacen del Tratado un nuevo referente en el campo internacional en materia de libre comercio.
La Coparmex consideró que el fortalecimiento en la integración de América del Norte es una labor que debe mantenerse a lo largo de los años a través del apoyo a instituciones, empresas y cadenas de suministro que crean valor de manera conjunta entre las naciones involucradas.