Obsoleta, la ingeniería automotriz clásica
Las intersecciones entre el Internet de las cosas, la robótica y la manufactura aditiva generan actualmente una nueva revolución industrial: la denominada manufactura 4.0, que invita a las automotrices a combinar tecnologías de la información y tecnología operacional para agregar valor a procesos y productos.
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Sin embargo, esta revolución representará todo un reto para las áreas de recursos humanos de las armadoras.
En la siguiente década, más del 50% del valor añadido de un producto se derivará de la digitalización, dijo Marc Sachon, profesor del IESE Business School de la Universidad de Navarra.
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Basta con ver cualquier vehículo de nueva generación: el radio ya no es un dispositivo que se pueda instalar, sino que está integrado en la consola central; el freno de mano y la palanca de velocidad ya son botones; mientras que los asientos cada vez más incorporan funciones eléctricas, como calefacción, sistema de masaje o ajustes de posición.
Adiós a los tornos y fresadoras
Si bien la denominada Manufactura 4.0 generará beneficios a las empresas, tanto en sus productos como en sus procesos –ahora mismo el uso de la realidad virtual reduce a la mitad la capacitación de los operadores de una línea-, también demandará nuevas habilidades en los ingenieros y técnicos que operen las plantas.
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“Actualmente tienes ingenieros mecánicos, eléctricos o industriales, pero el ‘perfil del futuro’ deberá tener, además del conocimiento técnico, la capacidad de programar en distintos lenguajes”, dice Martín Carcaño, especialista técnico de Autodesk.
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Todo un reto para las universidades, pues tendrán que rediseñar sus planes de estudio y renovar la infraestructura, al cambiar las viejas herramientas que actualmente tienen en sus laboratorios –como tornos y fresadoras- por equipos de realidad virtual e impresoras 3D.
Esta transformación tomará algunos años. Por ejemplo, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) ajusta los planes de estudio en promedio cada 10 años y los actuales sólo incorporan materias relacionadas con la automatización de procesos, comenta Armando Martínez, jefe del laboratorio de robótica de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Culhuacán.
Los especialistas advierten que la transición será paulatina.
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“Las carreras ‘tradicionales’, como ingeniería mecánica o eléctrica, no desaparecerán en el corto plazo. Poco a poco las escuelas empezarán a incorporar nuevas materias para desarrollar las competencias necesarias para operar los ambientes digitales”, explica Ricardo Swain, director de la Escuela de Diseño, Ingeniería y Arquitectura del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Las empresas salen ‘al quite’
La Universidad La Salle recién incorporó nociones de programación en los planes de estudio de las ingenierías.
“A diferencia del año 2000, cuando esta materia era para cierto tipo de carreras, ahora está en todas las ingenierías”, refiere Edmundo Barrera, director de la Facultad de Ingeniería de dicha institución.
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Por el momento, las empresas son las que han asumido el aleccionamiento de sus empleados en las nuevas tecnologías. Todas las plantas armadoras que se han instalado en México en los últimos cinco años construyeron un centro de capacitación.
Por ejemplo, el centro de capacitación de la planta de Audi estuvo listo tres años antes que el complejo de manufactura. Este lugar está equipado con un software de realidad virtual que permite a los empleados simular el ambiente de la línea de producción en tercera dimensión.
El fabricante de frenos Brembo también cuenta con esta tecnología en su nueva planta en Escobedo, Nuevo León.
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“Utilizar esta tecnología reduce 50% la curva de aprendizaje de los empleados, comparado con recibir el entrenamiento en la línea”, concluye Maurizio Villa, uno de los cinco italianos que llegaron a México para arrancar la nueva planta y quien es el gerente de Producción del complejo.