Industria 4.0, la revolución que la manufactura mexicana necesita
Nota del editor: Mauricio González es director Comercial de SAS México y Caribe. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Manufactura) — Las ventajas competitivas de la economía mexicana no son un patrimonio eterno. De hecho, una de las fortalezas del país, la potencia de su sector manufacturero, enfrenta hoy el reto de la llamada Industria 4.0 (I4.0), un concepto que implica llevar la innovación digital a las plantas y los procesos de fabricación de bienes. En este modelo, el éxito no se determina por los factores tradicionales: el costo de la mano de obra y los volúmenes de producción que se pueden alcanzar.
I4.0 define, a partir de la innovación tecnológica, nuevos paradigmas en el ámbito de la manufactura, entre los que destacan dos:
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Producción automatizada y digitalizada. En una industria que se adhiere al modelo I4.0, la mayoría de los procesos están automatizados –los realizan aplicaciones y equipos, como robots industriales. Y gracias a innovaciones como el Internet de las Cosas, los sistemas se pueden conectar entre sí y compartir información, y dichos datos, con el apoyo de una solución de analítica, se estudian para detectar tendencias y patrones (mejoras potenciales, fases improductivas, averías recurrentes, entre otros). Este despliegue innovador asegura la eficacia, la calidad y la consistencia de las operaciones.
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Flexibilidad. Por su elevado componente digital, los sectores I4.0 pueden ajustar su escala de producción a diversas condiciones de mercado. A diferencia de lo que ocurre actualmente, en donde las plantas solo cumplen con un plan de producción que podría ser vulnerable a distintas eventualidades, como una caída o un incremento en el consumo. La flexibilidad del modelo I4.0 se resume así: fabricar la mercancía indicada, en el momento exacto, en la cantidad ideal y que se entrega en el lugar donde realmente se necesita.
Para la manufactura mexicana, I4.0 implica reconocer que las fortalezas que hoy la distinguen –costo accesible de la mano de obra y gran capacidad de producción en varios nichos– no garantizarán el éxito en el futuro.
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México: tan cerca y tan lejos
Globalmente, la manufactura mexicana tiene una sólida reputación, especialmente en los nichos automotriz, electrónico-tecnológico, químico y aeroespacial. Según datos de la Secretaría de Economía (SE), el hub manufacturero del país exporta diariamente más de 1,000 millones de dólares (mdd), y una buena parte del monto corresponde a bienes de tecnología sofisticada.
Los indicadores económicos del país también reflejan la importancia de la manufactura. De acuerdo con estudios , esta actividad aporta el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 90% del valor de las exportaciones totales.
Sin embargo, si no se adhiere a los principios de I4.0, la manufactura mexicana podría perder potencia y brillo. Un estudio-encuesta de PricewaterhouseCoopers (PwC) señala que muchos hubs manufactureros del mundo se están digitalizando para atraer a más clientes, ofrecer servicios innovadores y mejorar el rendimiento de sus operaciones.
En 2014, según PwC, el nivel de digitalización en la industria manufacturera global se estimaba en 33%. Para 2020, las firmas encuestadas por la consultora aspiran a un rango de 72%. Asimismo, gracias a la digitalización, las compañías del sector esperan obtener –en un lapso de 5 años– una reducción de costos por arriba de los 420,000 mdd, y un incremento en ingresos anuales estimado en 493,000 mdd.
¿La manufactura mexicana puede aspirar a dichos rendimientos? De acuerdo con la SE, en el país hay nichos maduros que tienen prácticas de I4.0, sobre todo firmas transnacionales de los sectores automotriz y aeronáutico que, desde su establecimiento en México, tienen un alto nivel de digitalización y analizan su información para ajustar las operaciones. En otros sectores la situación es distinta: plantas –de diferentes industrias– con un bajo nivel de automatización que aún dependen del factor mano de obra, lo que les impide ofrecer un servicio de manufactura flexible.
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Innovación para fortalecer el prestigio
El sector manufacturero de México puede realizar la transición hacia el modelo I4.0. De hecho, es un proyecto en el que ya se trabaja. Las autoridades del país han esbozado una estrategia en ese sentido.
El plan consta de objetivos concretos, entre los que destacan:
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Diseñar iniciativas que faciliten el acceso a innovaciones fundamentales para el esquema I4.0, como Internet de las Cosas, robótica, analítica, integración de sistemas, Big Data y soluciones de nube.
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Llevar a cabo un estudio nacional para detectar 6 estados que tengan el potencial para desarrollar un ecosistema 4.0.
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Entre 2019 y 2021, establecer en el país hasta 2 clusters de manufactura hiper-flexible.
Más allá de dicha estrategia, los empresarios de la industria manufacturera deben interesarse por conocer y dar sus primeros pasos en este ámbito innovador. En ese sentido, la analítica tendría que ser una prioridad.
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Sin la capacidad para aprovechar los datos que generen las soluciones y los equipos (robots, líneas industriales automatizadas, redes entre fábricas y cadena de valor), las ventajas que ofrece el modelo I4.0 —flexibilidad, detección oportuna de patrones y tendencias, visión integral del negocio, entre otras— difícilmente se volverán una realidad.