Detalles técnicos hacen irreal la promesa energética de Peña
La promesa energética del presidente Peña Nieto en cuanto a lograr una producción de 3 millones de barriles de petróleo diarios para 2018 fue duramente cuestionada Instituto de Estudios Energéticos de la universidad de Oxford (OIES por sus siglas en inglés), cuando dijo en un análisis que aspectos técnicos, regulatorios, fiscales, de infraestructura y geológicos impedirán llegar a esa meta.
El instituto fue más lejos e incluso aseguró que pasará al menos una década para lograr la meta “irreal” del titular del Ejecutivo Mexicano.
México aprobó una serie de cambios constitucionales agresivos en materia energética a finales del año pasado con el objetivo de reactivar el sector petrolero, que está monopolizado por la paraestatal Pemex. En 2004, el país alcanzó su pico de producción con 3.4 millones de barriles promedio diario, pero ha reportado una caída de casi 25% al año actual.
“No parece que las actuales reformas vayan a tener un impacto material en la producción mexicana antes de la siguiente década y que la proyección de Pemex de crecimiento en la producción en 0.7 millones de barriles diarios entre ahora y 2018 es irreal”.
Además la tendencia se ha ido agravando este año, pues desde marzo la extracción promedio por mes se ha mantenido por debajo de 2.5 millones, alcanzando niveles que no se veían en casi 20 años.
Pero la apertura del sector en México, uno de los últimos países en permitir la inversión extranjera entre los principales productores a nivel mundial, va a encontrar condiciones adversas para atraer el capital privado al mercado, derivado de la declinación de los principales pozos, y el poco o nulo desarrollo de las reservas prospectivas.
“En el lado del Golfo de México de Estados Unidos toma entre tres y siete años que una licencia obtenga su primer descubrimiento de crudo, además del hecho de que esto ocurre bajo un régimen fiscal y legal más estable que en México, con mucho más conocimiento geológico, y una bien y fuerte infraestructura, además de un sector vibrante”, aseguraron los analistas de la universidad londinense en el reporte "Esperando la ola mexicana: retos para las reformas energéticas y el incremento del producto petrolero".
México cuenta con reservas prospectivas no convencionales de 60,000 millones de barriles, además de 52,000 millones en convencionales, que superan por mucho las reservas posibles (3P) de 43,000 millones, según datos de Pemex.
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Pero las reservas probables (2P) de México, que resultan las más atractivas para explotar a mediano plazo, apenas llegan a 24,800 millones, por lo que el país pierde atractivo para atraer inversiones frente a otros países.
“Las reservas en aguas profundas de México no están cerca de ser tan impresionantes como las de Brasil o Angola, o incluso las del Golfo de México en Estados Unidos, mientras que la falta de infraestructura sólo hace menos atractivo al potencial de inversiones”, detalla The Oxford Institute.
Pemex ha añadido cerca de 13,000 millones de barriles de crudo a las reservas 3P de las que se encuentran en aguas profundas, pero sólo ha realizado perforación en tres áreas, por lo que carece de un conocimiento profundo sobre cómo operar en el área.
El instituto señala que parte de las expectativas para el aumento de la producción hacia 2018 provienen de esta área, por lo que resulta complicado creer en estas proyecciones.
Los expertos tampoco ven un mayor aporte de los campos en aguas someras, pues opinaron que aún con mejores técnicas de recuperación, la producción en zonas como Cantarell o Ku-Maalob-Zaap van a la baja, y los campos con mejores perspectivas como Tizimin y Ayatsil, en Yucatán y la sonda de Campeche respectivamente, están lejos de compensar la caída.
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“Las adiciones de los campos en Tabasco, así como el incremento en la producción por parte de 450 campos marginales, sólo ayudará para contrarrestar el declive en las cuencas maduras de la bahía de Campeche y el sur de México, y por tanto no agregará en el total de la producción”, explican los analistas.
Ku-Maalob-Zaap y Cantarell aportan cerca del 47% de la producción total de México, es decir, 1.18 millones de 2.45 millones que se extrajeron a la primera quincena de julio, pero Cantarell ha caído en 83% desde su punto máximo de producción en el 2004 a la fecha, mientras que Ku-Maalob-Zaap muestra signos de declive, según datos de Pemex Producción y Exploración y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
“Aunque las recientes reformas al mercado tendrán efectos duraderos y que transformarán al sector de crudo mexicano, y quizá ofrezca más oportunidades para la inversión privada extranjera, existen muchos retos hacia adelante y algunos objetivos pretendidos por la reforma quizá no se materialicen, al menos no tan rápido como el Gobierno y algunos analistas del mercado lo predicen”, aseguraron los analistas del centro de estudios.
El Congreso aún no define un periodo para discutir las leyes secundarias que normarán a la reforma constitucional en materia energética, que pretende levantar la producción de 2.5 a 3 millones de barriles para 2018.