Refresqueras desatan guerra contra impuesto al azúcar
Aunque en el país un litro de gaseosa es más barato que uno de leche y en muchos casos la sustituye en la dieta básica, las empresas han lanzado una campaña propagandística defendiendo las bondades del azúcar y atacando la propuesta tributaria presentada el mes pasado por el presidente Enrique Peña Nieto.
El debate ha invadido desde espacios publicitarios en medios hasta vallas, autobuses y redes sociales.
"¿La obesidad se combate con impuestos? ¿Sí o no al impuesto a los gorditos?" dice una campaña del Centro para la Libertad del Consumo, una de las organizaciones que se oponen al tributo.
El impuesto equivale a un peso (ocho centavos de dólar) por litro. Si se trasladara al consumidor final, representaría un aumento de precio de entre un 15 y 20%.
"¿Es un castigo a los mexicanos con sobrepeso?", pregunta la organización en su página web http://www.consumidorlibre.org, que puede verse anunciada en autobuses de la vasta capital del país, uno de los mayores consumidores de refrescos del planeta.
El Gobierno pretende recaudar con ese impuesto 12,455 millones de pesos (950 millones de dólares). Con ese dinero ha dicho que "se busca combatir la obesidad, particularmente entre los menores de edad".
Y no es para menos. Con más de 117 millones de habitantes, México es uno de los países latinoamericanos con mayor incidencia de obesidad, una condición que afecta al 33 por ciento de su población adulta, según datos de Naciones Unidas.
CONTRAATAQUE AZUCARERO
The Coca Cola Company, la más importante marca de refrescos en México y casi omnipresente en la dieta de millones de sus habitantes, calificó el impuesto como discriminatorio e incompatible con una buena política fiscal.
La gigante refresquera, que vende más de 60 marcas de bebidas no alcohólicas en tierras aztecas, ha sido vinculada por años a problemas de obesidad y diabetes. Por eso ha lanzado campañas en las que detalla las calorías de sus productos y recomienda hábitos saludables de vida.
"No al impuesto Bloomberg", decía un aviso publicado el jueves en varios diarios, entre cuyos patrocinadores se cuentan la cámara de la industria azucarera y alcoholera, además de la Industria Refresquera Mexicana.
El aviso hace referencia al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que ha impulsado la prohibición de la venta de refrescos azucarados de tamaño grande en su ciudad y quien felicitó a Peña Nieto por proponer el impuesto.
La cámara azucarera ha dicho que el impuesto sólo llevará a los consumidores a buscar otras alternativas poco saludables, y alega que golpeará a los más pobres, que consumen más gaseosas.
Aún hoy en día es posible encontrar en México poblaciones remotas que no reciben un suministro estable de agua potable, pero con una tienda que vende refrescos y jugos.
Carteles publicitarios en varias partes de la ciudad muestran a gente haciendo ejercicio junto a leyendas como "sólo 15 calorías por cucharada", y "el azúcar de caña es natural".
La Alianza por la Salud Alimentaria, formada por organizaciones de consumidores, comerciantes y organismos humanitarios como Oxfam, publicó el jueves un anuncio a página completa en varios diarios locales recomendando: "No te hagas daño tomando bebidas azucaradas. Mejor toma agua".
La reforma fiscal, parte de un paquete de iniciativas para incrementar el crecimiento económico, enfrenta fuerte oposición en el Congreso porque propone tributos sobre renglones como las hipotecas y alquileres, entre otros.